Pedro G. Cavallero:
Comenzados los años 90, Carlos Menem acababa de ganar la presidencia y con él, el Peronismo se insertó, otra vez, dentro de la conducción.
Dejando a un lado, su colorida “campaña”, un Menem enigmático, dirigió el curso del país hacia tendencias occidentales.
Él alineó y acercó a la Argentina con Washington, abandonó sus conexiones de mala reputación del Este Medio (relación sombría incluyendo con Muammar Gaddafi), y cerró de golpe la puerta en el movimiento no alineado de naciones, club anacrónico, que históricamente reuniera algunos de los regímenes más tiránicos y más corruptos.
Al tomar estas decisiones, Menem le puso coto a la política extranjera, de su precursor inmediato, Raúl Alfonsin. Más, alarmantemente, Menem desechó algunos de los dogmas básicos del Peronismo... En particular, el anti-americanismo, que inoculara su fundador y presidente: Juan D. Perón, durante sus tres periodos presidenciales.
La firmeza en el hacer de Menem, durante sus 10 años presidenciales... finalizó en 1999.
De acuerdo. Lástima que intentó la re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-re-elección.
ReplyDelete