De carne somos

Es muy difícil de creer, pero después de varios años, volvemos al seguimiento del precio de la carne. Sólo falta Andino cerrando el noticiero de Canal 13 con el precio del dólar. No hay caso, cero proceso de aprendizaje.

Aparentemente, los mismos productores ganaderos que le hacían la vida imposible a Alfonsín y sus controles de precios, se volvieron buenos de golpe durante los noventa con libertad de precios, y ahora, una vez más, se complotan contra el actual gobierno y sus precios máximos. No hay caso, no tienen sensibilidad social. Las vacas no deben ser progresistas:

En estos momentos, es muy posible que sienta una profunda humillación. Porque después de haber partido casi de la nada, de haber sido elegido como el mejor tercero luego de borrarse Reutemann y De la Sota, de haber salido segundo en aquel lejano 2003 y de ganar la presidencia por no presentación del rival, logró convertirse, en sólo dos años y medio, a fuerza de muñeca, ánimo intratable y un buen ministro de Economía, en el número único de la política nacional. Barrió a su padrino, transversalizó a la oposición hasta el punto de que hoy la gente se pregunta dónde está y convirtió al PJ en la sombra de su propio movimiento; enfrentó con éxito al FMI, a W. Bush y a los acreedores; y hoy todos reconocen que entre sus opciones está la de hacerse reelegir en 2007. O, suprema paquetería, con la misma naturalidad con que el amante pobre de la vecinita de palier puede obsequiarle una begonia y el amante rico de la modelo más sexy del momento, una 4x4 tapizada en piel de leopardo, él puede regalarle a su cónyuge, en el próximo aniversario de bodas, nada menos que la presidencia hasta 2011.

Y, sin embargo, y he aquí lo paradójico del caso, este vencedor de cien batallas, este hombre querido y temido, no puede torcerle el brazo o, por decirlo mejor, la pezuña, a los bóvidos. Lo que debe significarle una frustración y un llamado de alerta, porque esta insubordinación de la hacienda pone en riesgo no sólo la milanesa en el plato de las familias nativas, sino también este mecanismo de relojería que ha montado para tener quieta a la inflación y sosegados a los salarios.