Más sobre la compra de votos de Roberto Cachanosky:
Y pensar que el señor Carlos “Chacho” Álvarez, actual funcionario del gobierno de Kirchner, renunció a la vicepresidencia de la Nación porque sus principios morales no le permitían formar parte de un gobierno que, según las denuncias, había intentado, con fondos reservados de la SIDE, “comprar” la voluntad de algunos senadores para conseguir una modificación de la legislación laboral. Ese hecho fue un escándalo que mereció la condena de todo el arco político y de los medios de comunicación.
Ahora bien, pareciera ser que “comprar” voluntades no es bueno ni malo en sí mismo, sino que todo depende de la caja que se use y quién lo haga. Por ejemplo, conseguir voluntades para que varios diputados apoyen la reforma del Consejo de la Magistratura no es moralmente reprochable, y mucho menos un delito, si quien lo hace dice estar luchando contra las corporaciones y la “banelco” se usa bajo el formato de apoyo en obras públicas. Además, uno no va a ser tan estúpido de creer que las personas no pueden cambiar de opinión y de bando político. Lo único que sorprende es la rapidez con que se expandió esta epidemia de cambios generada por el virus de la “borocotización” aguda de las últimas semanas. Probablemente este virus pueda combatirse a puro billetazo, pero desde otro ángulo político. Eso sí, seguramente un remedio de este tipo iría en contra de la moral pública porque todo depende de quien use la “banelco”.
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