Ignorancia y Corrección Política

Insisto con lo mismo de siempre. Muchas veces se hace un daño enorme con la mejor de las intenciones y muchos “expertos” recomiendan o celebran políticas para los países pobres que no recomendarían jamás para sus propios países.

En estos días se está hablando por acá de un documental canadiense que se llama The Take, sobre las fábricas tomadas por los ex obreros en Argentina. Esta nueva movida de expropiaciones y violaciones masivas del derecho de propiedad, tan comunes en nuestra tradición, está siendo presentada como una novedad absoluta, una idea brillante que está dando excelentes resultados.

Seamos honestos, desde la distancia, el concepto no deja de ser muy romántico: la masa de obreros que se hacen cargo de una fábrica y la sacan adelante, haciéndola rentable al no tener que pagar CEOs, ni abogados ni dividendos a los accionistas. De nada sirve aclarar que estas fábricas nunca tuvieron CEOs ni pagaron dividendos.

Hoy veía a dos de los realizadores en televisión describiendo jocosamente a los obreros que usurparon una fábrica de cerámicas Zanon como “working class heroes” y a “old man Zanon” como el dueño de la central nuclear de Los Simpson. La simplificación que hacían de la situación es pavorosa y demuestra un desconocimiento de los más elementales conceptos de cómo manejar un kiosco de golosinas, no hablemos de una fábrica.

Sinceramente quiero creer que estos dos artistas canadienses, que apenas hablan castellano, tienen la mejor de las intenciones y que comparten el sufrimiento de los pobres de Argentina. Pero lamentablemente parecen no entender que la diferencia fundamental entre un país como el suyo, Canadá, y uno como Argentina pasa por el respeto por las instituciones y los contratos, principalmente el derecho de propiedad.

Si realmente creemos que la solución pasa por las grandes confiscaciones y la propiedad de los obreros de los medios de producción, les recomendaría que revisen las experiencias recientes de países como la ex Unión Soviética, Cuba y Corea del Norte.

Honestamente da mucha vergüenza ajena ver a este par de idiotas útiles decir estas cosas por televisión. Lamentablemente, los pobres de Argentina van a seguir pagando los costos de todas estas barbaridades mucho después de que estos encomiables documentalistas hayan vuelto a su hogar en el primer mundo y empiecen a rodar su próximo corto sobre “el modelo Hamas” de lucha social.