La vez pasada escribía sobre la SAQ, el monopolio provincial de venta y distribución de bebidas alcohólicas en la provincia. Según leí por ahí, este organismo surgió en la década del 20, relacionado con la movida prohibicionista que se desarrollaba en los EE.UU. y en gran parte de Canadá también.
Hace una semana el premier de Québec anunció una investigación sobre las prácticas comerciales de la SAQ que motivó la renuncia del director. Entre las maravillas que se conocen de este organismo estatal, aparentemente hace unos meses algunos funcionarios habrían pedido a los importadores que aumenten los precios para que la SAQ no pierda ingresos ante la apreciación del dólar canadiense.
Me sorprendió leer un artículo muy crítico en L’Actualité, una especie de Noticias de Québec. El autor directamente se pregunta qué esperamos para terminar con la SAQ y el monopolio estatal del alcohol. Muy interesante, pone como ejemplo a Alberta, que terminó con el monopolio hace unos 20 años con muy claros beneficios para los consumidores.
En lo personal, siempre sostuve que sería mucho más beneficioso tanto para los consumidores como para el aparato estatal de la provincia que liquiden la SAQ, liberen la comercialización del alcohol y que se dediquen a cobrar impuestos a toda la cadena de comercialización.
Pero no creo que pase nada. Estos organismos estatales tienen un poder tremendo y actúan casi como organizaciones mafiosas. De todos modos, es interesante ver que aparentemente mucha gente se está dando cuenta.
Una especie de CGT a la canadiense?? SUERTE!! y ojalá consigan la libertad de emborracharse a precios más bajos!!! (jajaja)
ReplyDeleteEntre la gente que se está dando cuenta estoy yo... no tenía idea de que Canadá fuera tan proteccionista en tastos aspectos!!
ReplyDeleteMarcos, La excusa que da el gobierno de Québec (y los muchachos de la SAQ) para la existencia de este organismo es que representa uno de los principales ingresos de la provincia. No sé si es tan así, pero supongamos que lo es. Mi punto es que si quieren mantener la recaudación que sigan aplicando impuestos a todas las instancias de la cadena de comercialización del alcohol pero que se saquen de encima el costo de mantener un organismo burocrático con miles de empleados que ganan muy por encima del promedio de la provincia y cientos de otros privilegios.
ReplyDeleteEn gran problema es que el funcionamiento de este organismo es un escándalo total. Entre otras cosas, mantienen precios mínimos para las bebidas alcohólicas. Me hace acordar mucho a las ex empresas estatales en la Argentina (salvando la distancia, la productividad canadiense es mucho más alta, aún en el sector público).
Luis, quién decide acerca de la existencia o desaparición de tan "entrañable" ortanismo?
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