En sociedades como la argentina la confrontación está mucho mejor vista que la negociación, lo que en inglés se conoce como “compromise”. Entre nosotros negociar, lograr acuerdos, es casi un sinónimo de rendición, de traición, de puñalada por la espalda. Como con las transacciones económicas, creemos que se trata de una ecuación de suma cero. Como dice el lema del Partido Radical, que se rompa pero que no se doble.
Hoy Mariano Grondona se refiere a la elevación del matonismo al rango de política de estado y método de gobierno. Grondona parece tener algunas dudas sobre cómo terminan estos experimentos. Yo lamentablemente no tengo ninguna.
Luis, en Argentina se confronta y no se negocia, porque para negociar hay que ser inteligente.
ReplyDeleteEn la confrontación es fácil: se pegan 2 gritos y listo. No se necesita estrategia, ni ideas, ni nada.
En la negociación necesitás calma y, sobre todo, pensar mucho y bien (algo a lo que no estamos acostumbrados en las pampas), en donde preferimos como héroe al gaucho malevo y no al empresario triunfador.
En síntesis, confrontamos para no dejar expuesto nuestro vacío mental (que quedaría de nuestro aires de viveza, que nos dan tanto orgullo, si sucede eso?)
Lamentablemente me parece que tienes razón. Es parte de la cultura cortoplacista en la que vivimos. No, si somos unos vivos bárbaros nosotros.
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