Sigo insistiendo con que no hay ningún motivo objetivo por el que nos tiene que ir como nos va. En ese sentido, no estamos condenados de antemano ni al éxito ni al fracaso. Por acción u omisión, somos nosotros los que elegimos nuestro destino. Cambiar depende de nosotros.
Salvo algunos casos extremos, todos los países y sociedades tienen el potencial de lograr y mantener un nivel de crecimiento que les permita alcanzar el desarrollo en pocas generaciones. No hay secretos en ese sentido, las condiciones necesarias para lograrlo se conocen desde hace muchos años. Sólo basta mirar lo que hacen los países exitosos del mundo.
Sin caer en la fantasía de la “excepcionalidad argentina”, nuestro caso es llamativo. Después de todo, ya lo logramos una vez en nuestra historia. No debería ser tan complicado hacerlo de nuevo.
Por supuesto, nuestra definición del éxito va a depender de lo que queremos lograr. Es muy triste seguir hablando de estos temas a esta altura del partido, es como preguntarle a un señor de 40 y pico qué quiere ser cuando sea grande, pero es necesario que como sociedad definamos cuanto antes y de una vez por todas cuales son nuestros objetivos. Al igual que las personas o las compañías, debemos tener una visión, un proyecto, objetivos claros. Deberíamos plantearnos qué queremos lograr en el mediano y largo plazo, cual debería ser nuestro rol en la región y en el mundo.
En gran medida nuestros fracasos permanentes están relacionados al hecho de que en algún momento hacia la mitad del siglo XX abandonamos un proyecto de país y hasta ahora no lo hemos reemplazado por otro. Tenemos una marcada tendencia hacia modelos que fracasaron en todo el mundo, pero seguimos yendo y viniendo, sin definirnos con claridad.
La adopción explicita de un modelo de país, con objetivos claros y concretos, nos permitiría mucha mayor claridad para elegir los medios para alcanzarlos. En lugar de seguir implementando políticas a tontas y a locas, el filtro debería ser si sirven o no para alcanzar nuestros objetivos.
Algunas preguntas:
- Una vez definidos los objetivos, ¿puede un país con la marcada inestabilidad, debilidad institucional y sin políticas de estado como el nuestro mantenerlos en el mediano y largo plazo?
- ¿Qué pasa si los objetivos sobre los que logramos consenso no son los que llevan al desarrollo?
- ¿No será que en realidad sí tenemos objetivos claros, pero el problema es la marcada inconsistencia entre ellos y los medios que empleamos para lograrlos?
La sigo en otro post.
Te recomiendo "The World is flat" de Thomas Friedman.
ReplyDeleteImpresionan las palabras de un CEO de la India, que le dice al autor del libro "ahora con la globalizacion la cancha se aliso". Las condiciones son iguales para todos
Parece que nuestros grandes iluminados en lugar de aprovechar las condiciones parejas, decidieron sentarse, mirar el partido de afuera; y obviamente; echarle la culpa a los demas que no los dejan jugar.
Latinoamerica-Africa-Medio Oriente, a contramano de todo. Para cuando la vuelta de los no alineados.
KK es alfonsinista?.
Como me gustaria ver un diario del 87 para comparar las noticias !!
Luis, sobre porqué progresan las naciones, acá y en muchas partes del mundo se dice que si un país invierte menos del 1% de su PBI en Ciencia e Investigación, dicho país seguirá siendo subdesarrollado. ¿Vos lo ves tan así?
ReplyDeleteP.D.: En los países desarrollados que invierten 1% o más en Ciencia e Investigación, verás que la mayor parte de esa inversión la realiza el SECTOR PRIVADO.