A pesar de lo que sigue repitiendo mucha gente, uno de los cambios que trajo aparejada la adopción de la caja de conversión fue el final abrupto de la timba financiera. Como en cualquier país normal, después de décadas, los gerentes de producción pasaron a ser más importantes que los de finanzas. En la Argentina de los 80, una persona con 100.000 dólares era Gardel y podía vivir tranquilamente “de rentas”. En la Argentina de los 90, una persona con 100.000 dólares era uno más y tenía muchas más dificultades para vivir sin producir.
Con la vuelta del modelo dirigista, la situación vuelve a parecerse a la de antes de los 90. Es más rentable dedicarse a la timba financiera que a producir. Roberto Cachanosky lo explica mejor que yo:
¿Cuáles son los rendimientos que hoy ofrecen los bonos del gobierno argentino? Obviamente, varían de acuerdo a sus características, pero si uno toma bonos con mucho volumen de operaciones –de modo que le permitan salir rápidamente si así lo desea– se va a encontrar con bonos en pesos que le ofrecen rendimientos de CER + 6,10% anuales o bonos en dólares con una TIR del 8,79%. Eso sin tener en cuenta las Nobac, que tienen rendimientos del 13 al 14% anuales.
¿Cuál es el rendimiento que tiene que pedirle un productor ganadero a su inversión para superar los rendimientos que están ofreciendo los bonos del gobierno? En realidad, el piso de rentabilidad al sector, como al resto de los sectores productivos, se lo están poniendo estos bonos. La típica timba financiera que aparece con los gobiernos populistas y progresistas.
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