Apr 17, 2006

Un problema cultural

Roberto Cachanosky sostiene que el problema económico no es solamente económico en la Argentina. Me alegro que alguien más sostenga lo que vengo repitiendo desde hace rato por acá:

Dicho de otra manera, me parece que nuestro problema está en que no tenemos una cultura de la creación de riqueza dentro de un marco de competencia y respeto por el derecho de propiedad, sino que tenemos una cultura del saqueo. Y esta cultura del saqueo es fogoneada por los inescrupulosos populistas de derecha e izquierda que ven una oportunidad inmejorable para apropiarse del Estado y transformarse en déspotas que, cebados por el poder, avanzan en sus locuras hasta que les estalla una nueva crisis en la cara.

En síntesis, la Argentina no podría haber tenido un desempeño tan lamentable sin una población que, mayoritariamente, convalidara la violación de los derechos de propiedad y la destrucción del orden jurídico.

12 comments:

  1. Luis, ¿Es cierto o me equivoco que lo último que se pierde es la esperanza? Sino mirá el último párrafo del artículo de Roberto Cachanosky:

    "Pero, aun sabiendo que, en definitiva, nuestra decadencia económica tiene su origen en los valores que imperan en la sociedad, yo no creo que nuestra caída libre sea irreversible. Finalmente, el nivel cultural del pueblo español en 1975 no era sustancialmente superior al del argentino y España logró salir adelante. Lo mismo ocurrió en Irlanda o en Europa Central después de décadas de destrucción comunista. ¿Qué razones hay para pensar que la Argentina no puede llegar a cambiar como lo hicieron los países mencionados?"

    La verdad es que yo no sé en qué puntos el nivel cultural del pueblo español era inferior al argentino en 1975. Pero hay un detalle no menor: El año en que muere Franco, 1975, España ya era un país desarrollado. Así que no entiendo como puede existir una economía desarrollada con un pueblo inculto.

    Pero también es cierta una cosa: de los españoles se decían barbaridades, como por ejemplo que eran incultos, brutos, etc. Y sin embargo, España salió adelante.

    Y otra pregunta Luis, aunque es pesada y puede ser exagerada y/o denigratoria, ¿No te da la impresión de que la sociedad argentina es una de las peores del mundo o la peor del mundo? Porque a veces tengo cualquiera de esas dos impresiones, a lo mejor exagero de más, si bien Argentina me ha dado cosas buenas (asado, futbol, por ejemplo).

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  2. Luis, ¿Te llegó mi comentario? Pregunto para saber nada más, no estoy apurado en saber tu respuesta al mismo.

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  3. Sí, llegaron, perdón por la demora, ya te contesto.

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  4. Andrés, Creo que los argentinos nos creemos especiales hasta para los peores rasgos. Cuando nos va bien, a nadie le va mejor. Cuando nos va mal, a nadie le va peor que a nosotros.

    En realidad, Argentina, como cualquier otro país, tiene rasgos únicos que nos hacen especiales, pero compartimos la gran mayoría de los defectos y problemas de los países que les va como a nosotros. Somos especiales porque Argentina hay una sola (a pesar de que mucha gente dice que Uruguay es una especie de Argentina no extremista), como hay un solo Chile, una sola Italia, una sola Australia.

    En lo personal, creo que lo que conocemos con desarrollo tiene mucho más que ver con los valores, con la cultura, con la manera con que una sociedad encara la vida que con el nivel de instrucción. Por supuesto que una población más educada contribuye al proceso. Pero, como lo demuestra Argentina, aún con una tasa de escolarización formal relativamente más alta, si los valores que predominan en una sociedad son resistentes al desarrollo, no se dará ese proceso.

    Si una sociedad comparte mayoritariamente este sistema de valores, tanto mejor. Pero como en los casos de España e Irlanda en Europa, o la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX o más recientemente Chile en nuestra región, aparentemente alcanza con que las clases dirigentes compartan ciertos objetivos de mínima. Cuando hablo de clases dirigentes no me refiero solamente a los políticos, también a los empresarios, sindicalistas, intelectuales, formadores de opinión, etc.

    Creo que lo que tenemos que lograr como sociedad es un nuevo piso de racionalidad sobre el que movernos. Se trata de lograr un consenso sobre no más de 3 o 4 cuestiones centrales que se deben mantener y respetar a rajatabla, sin importar qué candidato o qué partido gane las elecciones. En la práctica, debe significar que por lo menos en estos 3 o 4 puntos, de lo mismo quien gane las elecciones y gobierne al país.

    Desde mi punto de vista, estos objetivos deberían ser los que enumero en el link en la columna de la derecha del blog.

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  5. Luis, ¿O sea que estás diciendo que otro camino para alcanzar el desarrollo, si en toda la sociedad no hay consenso sobre ese camino, es un ACUERDO GENERAL entre la dirigencia política, empresaria, sindical e intelectual aunque la sociedad se oponga?

    Que yo sepa, ese fue el camino que siguió Irlanda desde 1987 y el Chile post-Pinochet.

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  6. Andrés, Creo que se trata más que nada de establecer un piso de racionalidad a partir del cual se puede entrar en el toma y daca propio de la política. En todos lados la tendencia de los políticos es hacia la demagogia y el clientelismo. La diferencia pasa por el grado de racionalidad con el que se mueven.

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  7. Gracias por contestarme, Luis. Ahora, quería hacerte estas preguntas:

    -¿Coincidís con Jorge Ávila cuando él dice que el camino para que Argentina vuelva a ser lo que fue es la "importación de instituciones"?
    -Más allá de que es cierto que depende del grado de racionalidad con el que se muevan los políticos, ¿Es posible que la Argentina sea un país desarrollado si, de un día para el otro por ejemplo, aparecen dirigentes políticos contrarios al "ser argentino" y éstos dirigentes alcancen acuerdos mínimos aunque gran parte de la sociedad no esté de acuerdo con ello?
    Te vuelvo a preguntar esto porque leí en un artículo de Marcos Aguinis, aunque se coincida o no con él, que Irlanda al ingresar a la actual Unión Europea en 1973 todo el mundo opinaba en contra de dicha entrada y de las demás medidas que debía implementar (por ejemplo, menores impuestos y regulaciones, etc.). Y sin embargo, se prosiguió con el camino de la racionalidad a pesar de que la mayoría de los irlandeses estaba en contra.

    Disculpá si fui muy extenso, pero el tema de el camino que Argentina debe tomar me interesa muchísimo. Igualmente creo que la esperanza de que si Argentina será lo que fue o no es lo último que se pierde ¿O no?

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  8. Es un tema muy interesante, no me molestan para nada tus comentarios, al contrario. Creo que tiene mucho sentido lo que propone Ávila cuando habla de importar instituciones. Relacionado con esa idea, este economista habla de dolarizar la economía, banca off shore, ingresar al ALCA – NAFTA, entre otras cosas. Por lo que leí, se basa mucho en la experiencia de España, aunque también usa a Irlanda como ejemplo. Hasta cierto punto se podría decir que España no volvió a las andadas por estar, o querer estar, en la Unión Europea. De Irlanda se podría decir lo mismo. ¿Y de Chile, Corea, Taiwán?

    Contestando a tu segunda pregunta, por supuesto que es posible. Depende de nosotros. La pregunta que nos deberíamos hacer es si es probable. Honestamente te digo que pensé que después de la debacle hiperinflacionaria de fines de los 80 por fin habíamos aprendido la lección. Pensé que el, en ese entonces, nuevo consenso estaba para quedarse. Había mil cosas para corregir y mejorar, pero habíamos alcanzado un nuevo piso de racionalidad. Por supuesto, estaba equivocado de cabo a rabo.

    No lo sé, creo que debemos buscar nuestra manera de encontrar y mantener estos consensos de los que hablamos. Lamentablemente me parece que estamos muy lejos. Ni siquiera hemos avanzado en los temas en lo que deberíamos ponernos de acuerdo. O lo que es peor, el consenso existe, pero es exactamente el contrario del que deberíamos alcanzar.

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  9. Luis, Jorge Ávila ha agregado un nuevo post a su blog, pero prestá atención a lo que dice, entre otras cosas:

    La sociedad argentina ha dado muestras de que aprende las grandes lecciones: "la democracia es mejor que la dictadura"; "la estabilidad monetaria es mejor que la inflación".

    ¿Por qué no veo muchas opiniones en contra de los "acuerdos de precios"? ¿O somos un pueblo que nos gusta que nos metan la mano no ya en el bolsillo sino en el c***?

    Da para pensar...mientras tanto sigo pensado que lo peor que tiene Argentina es su gente.

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  10. En lo personal no me termina de sorprender la enorme pasividad con que se aceptan estas cosas en el país. Un completísimo catalogo de cuanto disparate económico y político anda dando vuelta por ahí. Te lo digo en serio, a nadie se le mueve un pelo, ni a la opinión pública, ni a la oposición, ni a los supuestos expertos, ni a los empresarios en serio, ni a los “economistas liberales”. Salvo algunas muy tímidas voces que expresan una crítica extremadamente liviana, nadie dice absolutamente nada.

    Me pregunto cómo es posible que ante el fenomenal proceso de locura colectiva en el que estamos sumergidos un economista como Jorge Ávila solo atine a decir estas cosas. ¿Qué tiene que pasar para que nos indignemos, para que nos preocupemos, para que pongamos el grito en el cielo como hacían en la década del 90 los que ahora no dicen una palabra?

    Lo más llamativo es que seguramente mucha de esta gente después se va a sorprender de las consecuencias de todas estas locuras y vendrán las reflexiones del tipo “se los dije, sólo a nosotros se nos puede ocurrir hacer estas cosas”.

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  11. Disculpá que moleste otra vez, pero no sé a que te referís con "un economista como Jorge Ávila solo atine a decir estas cosas".

    ¿Vos decís que Ávila también está adentro de esta locura colectiva?

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  12. Lo que me sorprende es por qué no hay más gente que diga estas cosas o algunas más fuertes. No digo que Ávila no se de cuenta, pero me gustaría saber por qué no se animan o no quieren decirlo con todas las letras. Tal vez es temor, o no querer quedar como un mala onda, qué se yo.

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