May 19, 2006

De salón

Una viejita humilde entra al correo en Santiago del Estero y pide franqueo para una carta simple a Londres. El empleado la mira y le pregunta:

“Perdón, señora, ¿Londres, Catamarca?”

Y la viejita le contesta:

“¿Cómo, hay otro?”

10 comments:

  1. Una realidad!!!

    Seguramente esa señora era medio catamarqueña o tiene parientes allá.
    Te aseguro que algunos (muy muchos)de mis paisanos no tienen idea de "Londres".

    Que le vua'acer mi amigo, triste pero real.

    Así nomás es chango.

    ReplyDelete
  2. Ehh!! ese es medio parecido otro que yo conozco,

    Dicen iban dos santiagueños medio mamaos y con mucha hambre,
    cuando uno de ellos se tropieza con una lata de viandada nueva y le comenta al otro:
    - ehh chango, miramelo lo que ti encontrao.
    el otro le contesta:
    - abrila pues, ¿qui andas esperando?
    el primero le responde:
    - no tengo llave, chango
    el otro le reclama:
    - ehh pue chaaanngo, tocale el timbre!!!

    ReplyDelete
  3. Comparto entonces con ustedes una ridiculez del flaco país: En Chile, la gente de la ciudad de Talca tiene un dicho: "Talca, París y Londres." Así como lo leen. Cuando una vez cuestioné a una señora con respecto a la lógica de dicha joya, se explayó con la cultura, y lo ampliamente conocido de las "tres metrópolis." Para esta alturas yo ya estaba riéndome. Aunque no de muchas luces, la señora talquina entendió y me dejó solo. Talca, París y Londres, indeed! Ni los chilenos saben dónde está Talca, y yo aún no sé qué la distingue de ser uno más de los tantos pueblos que adulamos con el epíteto de "ciudades" y que no superan las 100 mil personas.

    Para que vean, en todas partes se cuecen habas.

    ReplyDelete
  4. Sergio, En Monteros, Tucumán, que debe andar por los 20.000 habitantes, también se decía "Monteros, París y Londres". Mira vos, lo que es la vida.

    ReplyDelete
  5. Entonces será "Monteros, Talca, y...". A llenar el espacio con algún pueblito con cinco semáforos perdido en la geografía de nuestro continente.
    Historia también verídica: Hace 18 años, en Virginia, conocí a un argentino simpático y hablador en el bar donde trabajaba. Claro, él tenía unos tragos encima, pero no estaba ebrio. De repente me mira bien fijo y me pregunta de dónde soy. "De Santiago," le respondí, pensando que sería innecesario establecer "de Chile." Él se hace hacia atrás en su banquito del bar sin dejar de mirarme. "No hablás como santiagueño. Estás seguro que no sos de Mendoza?"

    Me reí y le dije: "No de Mendoza, pero cerca."

    ReplyDelete
  6. Sergio, en muchos lugares del interior de Argentina Santiago hace referencia a Santiago del Estero. Para referirte a Santiago de Chile, es necesario aclarar. No se trata de un complejo de superioridad en este caso, creo que está más relacionado a la familiaridad.

    ReplyDelete
  7. Luis, lo acepto. Pero este cliente del bar era de Buenos Aires, porteño hasta la médula. Él me enseñó el término "cabecitas negras" y lo acortaba a "cabecitas" nada más.
    No creo que en lo de Santiago él haya expresado un sentido de superioridad. Si lo hubo, vino de mi parte, que no se me ocurrió aclarar. (A los chilenos nos pasa eso, incluso a los que sabemos de Santiago del Estero, Santiago de Cuba, y el papá de todos, Santiago de Compostela. Pero como nuestro Santiago del Nuevo Extremo [yep, that's the name] es el más grande -en algo figuramos- y es el nuestro, ni se nos ocurre diferenciar.)

    Esta pequeña anécdota la veo como un ejemplo de la obsesión que hay a veces con nuestro ombligo. Se da en todas partes, pero los países más grandes suelen sufrirla con mayor frecuencia. Un día te cuento algunas cosas que mi ex-primo político me contaba; él es de Brasil y, honestamente, los argentinos son humildes comparados a los brasileños que he conocido.

    ReplyDelete

Note: Only a member of this blog may post a comment.