Señores, siguen los éxitos del modelo de sustitución de importaciones. Ahora que vuelven las zapatillas Flecha, Martín Simonetta se pregunta cuándo regresa el Falcon. Insisto, ya ni nos bajamos del podio:
Esta especie de regreso de los muertos vivos es la consecuencia casi inevitable de vivir en una economía devaluada que –tras la salida de la convertibilidad- hizo inalcanzables para la mayoría de los argentinos el acceso a productos del mercado global así como encareció a la mayor parte de los bienes transables. Para dar una idea del impacto de la gran devaluación sobre los precios locales, cabe mencionar el estudio de The Economist según el cual Buenos Aires pasó de ser la ciudad número 21 más cara del planeta en la década de 1990 a ser la número 130, junto a Bombay (India), Sofía (Bulgaria) y Teherán (Irán), en el 2005.
El caso de Flecha es un ejemplo un tanto bizarro de una economía crecientemente cerrada por la pérdida de poder adquisitivo de sus ciudadanos, pero no es el único: también podemos mencionar las resurrecciones de otras marcas como Fulbence; Hitachi o Lumilagro que nos recuerdan de forma plena el auge de la industria sustitutiva de importaciones en nuestro país.
Una pregunta para ustedes que están más al tanto de las cosas, ¿se dice algo de los botines Sacachispas? Fueron los primeros que me compraron de chico.
ReplyDelete¿Y los casetes de audio y video que se armaban en Tierra del Fuego en los gloriosos 80, no me acuerdo de la marca, que te hacían merde el mecanismo de los cabezales a la segunda pasada?
Un TDK era the Holy Grail.