Emilio Cárdenas sobre una de las últimas entregas del interminable rosario de despropósitos de la “política exterior” de este gobierno. Honestamente impresiona. Insisto con lo mismo, cada día más pegados al pelotón de los eternos perdedores del mundo. Tenemos vocación de rastreros:
El temprano e inusual endoso argentino a la candidatura venezolana a ocupar un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por el período 2007-08, pregonado sonoramente al mundo, es un gigantesco error -altamente costoso para nuestra imagen como país- producto de la extraña “política exterior” de la “administración” de Néstor Kirchner.
Y ahora ya no está en el Palacio San Martín nuestro probablemente peor canciller de toda la historia, (me refiero, lector, a Rafael Bielsa) para poder atribuirle, con toda razón, la responsabilidad de lo acontecido que -en un inmenso mar de continuos desaciertos- hubiera sido, quizás, algo así como “una mancha más al tigre”. Grotesca, seguramente. Pero tan sólo una más en el océano de desaciertos y provocaciones que acumulara el inefable Bielsa.
Ocurre, amigos, que endosar la candidatura de Venezuela para integrar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es ciertamente equivalente a endosar a Irán. Y esto, en materia de seguridad internacional, es hoy una equivocación tremenda, de tan grandes proporciones que no puede ocultarse.
En la Argentina, ciertamente, por el insulto gratuito que ese endoso supone a nuestra agredida comunidad judía, respecto de la cual la “conexión iraní” en los atentados terroristas contra la Embajada de Israel y contra la AMIA evoca a un Irán sospechado de asesino, cuyo actual gobierno radical sostiene insólitamente que el genocidio nazi contra el pueblo judío no sucedió nunca y que el Estado de Israel no debe existir.
Víctor, la verdad es que impresiona.
ReplyDeleteMarcos, se viene el fin del mundo.
ReplyDeleteA ponerse todos en bolas que se viene la calor!
ReplyDeleteEstoy seguro que hay una conexi'on entre ambas cosas: El problema que tiene K es que se le frio el cerebro con el calentamiento global. El estaba acostumbrado al fresco de Santa Cruz, vio?
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