Un roto para un descosido

James Neilson sobre la candidatura del ex ministro Lasaña, la gran esperanza blanca. Insisto, pobre país:

En cambio, lo que Lavagna, respaldado como está por representantes emblemáticos de la vieja política corporativista como Alfonsín y Duhalde, encarna es a lo mejor una versión más prolija y menos pugnaz del kirchnerismo. Por lo tanto, de prosperar los intentos de hacer de Lavagna la alternativa a Kirchner, el debate político nacional continuaría celebrándose en el marco de la interna populista, resultado éste que como es natural complacería a Alfonsín y Duhalde que, cuando es cuestión de la economía, ubican el "centro" bien en la mitad izquierda del espectro ideológico.

En lugar de hablar de las hipotéticas ventajas de las distintas opciones para un país agroexportador de ingresos modestos en el mundo confuso del siglo XXI, los protagonistas hablarán de quién dijo qué a quién y quién es aliado de quién mientras que sus respectivos simpatizantes se limitarán a reiterar las consignas burdas de siempre.