Lo vengo diciendo hace rato, Bush y Blair se levantan todos los días a las 5 de la matina para ver cómo nos pueden garcar:
El reciente fallo de la Corte Internacional de La Haya, rechazando la medida cautelar solicitada por nuestro país para que las empresas papeleras suspendan la construcción de las plantas en Fray Bentos, ha venido a ratificar de manera contundente e indudable algo que muchos argentinos -y su propio gobierno- sospechan desde hace tiempo: nuestra querida Argentina es víctima de una inmensa confabulación internacional. El hecho de que catorce de los quince jueces de esa corte, de distintas nacionalidades y con la sola excepción del juez argentino, hayan votado contra el pedido nuestro país, habla a las claras de la enorme magnitud de esta conjura: ¡Casi todo el mundo participa de ella!
Por supuesto, no se trata de algo nuevo, podríamos remontarnos a las guerras civiles de la primera mitad del siglo XIX - seguramente promovidas desde el extranjero- o a los sucesivos endeudamientos y bancarrotas del país -de Baring Brothers a nuestros días- fomentados también por mentes foráneas deseosas de sojuzgarnos.
Ya en el siglo XX los recurrentes golpes militares, -siempre generados en el exterior y con escaso apoyo popular en nuestro país- o los sucesivos gobiernos populistas y corruptos, -y sus consecuentes crisis socio económicas- en las que tampoco tuvimos que ver, también formaron parte de esta injusta conspiración. Estos son algunos de los hechos que jalonan esta macabra historia.
La conjura, que nos tiene a mal traer e impide concretar el destino de grandeza que merecemos, tiene desde luego integrantes poderosos tales como: E.E.U.U.; el Grupo de los 7; las grandes potencias; el FMI y los demás organismos internacionales; las multinacionales - nos sólo las americanas o inglesas -,sino que también , para nuestro espanto, ¡ahora se han sumado las españolas!, etc., etc., etc.
Algunos pícaros compatriotas se prestan a este indigno juego y peor aún, en los últimos tiempos, esta poderosa coalición anti-argentina se ha visto engrosada con países a los que creíamos amigos, inclusive hermanos, como Chile y Uruguay. Y han logrado que los trasandinos nos reclamen cosas tan esotéricas como que cumplamos los contratos acordados, o que los "ex" hermanos orientales pretendan que resolvamos conflictos binacionales diplomáticamente y dialogando, en lugar de utilizar mecanismos tan "nuestros" ¡cómo los cortes de rutas, puentes y piquetes!
¡Cuesta imaginar tanta maldad en contra de un pacífico país como el nuestro! Como expresamos, el accionar conspirativo lleva años, siglos incluso. No obstante, alcanzó su punto máximo en la década de los 90, llegando incluso a situaciones realmente notables. Por ejemplo: muchos de los miembros del actual gobierno -patriotas y críticos de esta gran conjura- como es el caso del propio Presidente; su esposa; el Ministro Coordinador y el Gobernador de Buenos Aires, fueron grandes defensores, impulsores y funcionarios de aquel gobierno tan nefasto para nuestro país.
¿Quién puede saber qué bajos recursos utilizó la coalición anti-argentina para que el Pte. Kirchner y su esposa Cristina, votaran en favor de la reelección de Menem?, ¿O con qué cantos de sirenas fueron convencidos Alberto Fernández o Felipe Solá para ocupar cargos destacadísimos en ese gobierno tan repudiable?
Pero no hay mal que dure diez años, ya se sabe. Y como corresponde, los argentinos hemos reaccionado. ¡Y de qué manera!
Diversas encuestas nos ubican como el país más anti-norteamericano del mundo, demostrando hasta qué punto entendemos la raíz de nuestros males. Es más, también -según las encuestas- somos el país más refractario a las inversiones extranjeras y a las multinacionales, en particular a los bancos y concesionarios de servicios públicos, ya que estas empresas tienen una característica muy extraña; funcionan excelentemente en todos los países del orbe, sin embargo ni bien pisan esta tierra se convierten en abusadoras y corruptas.
Obviamente, no simpatizamos con la economía de mercado... ¡si apenas funciona en el resto del mundo!
Como corresponde a este cambio de mentalidad por parte de los argentinos, a este "abrir los ojos" ante la conjura que nos agobia, tenemos ahora un gobierno que actúa en consecuencia. Veamos sólo algunos ejemplos:
» Defaulteamos nuestra deuda y ofrecimos pagar sólo una parte a los acreedores, castigándolos duramente por habernos prestado dinero y por haber creído que la deuda contraída por el país con el voto de nuestro Congreso sería honrada. El daño colateral de los miles y miles de ahorristas y jubilados perjudicados no es relevante, en todo caso, no debieron confiar en un país gobernado por los conjurados.
» Pagamos hasta el último dólar al FMI, incluso los que correspondían a cancelaciones futuras. Chávez nos ayuda prestándonos dinero, y desde luego es un tema menor que la tasa que le abonamos sea superior a la del FMI.
» Enfrentamos al país más grande del planeta, incluso le mostramos a su Presidente los dientes - y los palos de los piqueteros- en la cumbre de Mar del Plata.
» Confrontamos con los otros grandes; Francia, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Italia, y en particular con la madre Patria España, a quienes explicamos hasta el cansancio que nunca aceptaremos que se nos pretenda imponer algo tan poco argentino como cumplir los contratos y respetar las instituciones.
» Reivindicando el mejor estilo del guapo argentino, El Presidente Kirchner dejó plantado, entre otros, al Presidente ruso Putin y a la Reina de Holanda. Mostrando además quién es el que manda, hizo esperar largo rato al Rey Juan Carlos en ocasión del Congreso de la Lengua realizado en nuestra ciudad.
» Polemizamos con Brasil, cuando fue necesario y liquidamos, entre ambos, los restos del MERCOSUR.
» Enfrentamos también al Presidente mejicano Fox, que en una muestra de imperialismo azteca, trató de persuadir a los latinoamericanos sobre las ventajas de los acuerdos de libre comercio. Acuerdos que, como se sabe, sólo funcionan bien en el resto del mundo, no así en la Argentina.
Sin embargo, no deberíamos preocuparnos mucho. Ya que si bien, la gran conjura tiene miembros poderosos, aún tenemos algunos amigos. Chávez y Castro, por ejemplo. Incondicionales, si los hay. Y no sólo ellos, ahora se suma también Evo Morales. Quién sabe quizá, con un poco de suerte, en Noviembre podremos sumar al nicaragüense y sandinista Daniel Ortega. Lamentablemente ninguno de ellos- ni nuestro propio gobierno- pudo evitar que ese fatídico papelito explicando dónde patearían sus penales Ayala y el Cuchu Cambiasso llegara a la media del arquero alemán...
Pero ya se sabe, las conspiraciones son así. Poderosas.
La raíz de la conspiración anti-argentina está en la envidia mundial hacia este pueblo maravilloso que dio a luz a Gardel, que inventó la birome y el colectivo, y que tiene la avenida más ancha y la avenida más larga (como lo dijo el Gordo Porcel, el mundo nos envidia porque tenemos la más ancha y la más larga).
ReplyDeleteLamentablemente, el ímprobo y patriota gobierno del Pingüino Emperador ya está siendo contaminado por la conspiración antiargentina... se rumorea que está siendo asesorado por los conocidos agentes de la CIA Carlos Corach y Roberto Dromi... (¿o serán dobles agentes de la SIDE, el KAOS criollo, que se infiltraron en los fatídicos noventa para conocer las tácticas del enemigo?).
Hablando en serio, es evidente que los argentinos tenemos una relación extraña con la realidad: nos negamos a aceptarla. Insistimos mil veces en fórmulas que ya sabemos de antemano que llevan al fracaso, como el timbero vicioso que siempre está esperando el "pleno salvador" en la ruleta, aunque en el camino quede en la miseria.
Insisto, los argentinos no tenemos un problema económico ni político, tenemos un problema psicológico...
Cuanto pudiera progresar la Argentina si no tuviera a todo el mundo persiguiéndola!!! (para cobrar, se entiende)
ReplyDeleteEse artículo podría servir para un hipotético ensayo titulado "Manual del perfecto boludo argentino" o "Soy el ciudadano más estúpido del mundo"
ReplyDeleteAndrés, seguí ganando amigos vos :-)
ReplyDeleteLa orden está: Hay que bajar a la Argentina, no pueden permitir que lleguemos a nuestro destino de grandeza. Ni en los amigos se puede confiar. Ahora, sin ir más lejos, dicen que un juez Venezolano votó contra nosotros en La Haya! En represalia, yo que Kirchner no le vendería bonos a Chávez por un mes!
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