Un país moral

José Benegas se pregunta lo mismo que me vengo preguntando desde la instauración del experimento neopopulista en la Argentina. Dónde están ahora todas las almitas torturadas, grandes demócratas y defensores de las instituciones de enorme conciencia social que se horrorizaban con la corrupción y la pobreza y marginalidad de los 90.

Al Gran Pueblo Argentino, Salud:

Qué clase de país comulga con esta inmoralidad e hipocresía. Este gobierno / banda, cuenta entre su elenco a algunos de los más notorios "pulcristas" de la "década del noventa" como Martha Oyhanarte, Carlos Chacho "yo de acá me voy" Alvarez y Graciela Ocaña. En ese entonces parecían Torquemadas de la prolijidad y la calidad institucional. Hoy no tienen problema de trabajar para el señor de los mil millones desaparecidos, de los superpoderes, asaltante de la Corte Suprema de Justicia, formador de oscuros fondos fiduciarios, comprador de gobernadores e intendentes, gran borocotizador de la historia nacional. Ahora que el país ha vuelto a ser estatista y la plata circula por dónde "debe circular", las voces del “civismo noventista" se apagaron para pasar a formar el amplio frente de colaboracionismo del gobierno más antirrepublicano, autoritario, poco transparente y violador de la ley desde la instauración de la democracia. Toda la ola de anticorrupción de esa década demostró ser un instrumento de la argentina devaluatoria y lavadora de deudas. Ahora que ese aceite no distribuye las voces de la "moral pública" se apagaron o pasaron a formar parte de la gran conspiración del silencio. De tontos útiles a empleados del patrimonialismo argentino.