La progresiva sustitución de la opinión pública por la emotividad pública:
Me parece ver en estas dos posturas un efecto notable de la progresiva sustitución de la opinión pública por la emotividad pública. Como saben muy bien los editores de los medios de comunicación, la emotividad pública es mucho más sensible a las imágenes que a los argumentos, por ello las guerras que no son televisadas no suscitan manifestaciones de protesta (véase Chechenia o Darfur).
Resulta así que un país en guerra tendrá tanta más oposición de la emotividad pública internacional cuanto más respetuoso sea con la libertad de información. Por eso mismo una política inmoral inteligente procurará por todos los medios (inteligentes) la manipulación de la información disponible. Si toda novedad informativa es, por definición, efímera, el triunfo de la imagen noticiosa, que es el triunfo de la volatilidad de lo efímero, niega la condición de noticia a la reflexión de fondo. Pero no parece posible tener una opinión formada sobre este conflicto si no estamos en condiciones de ofrecer respuestas coherentes a, por ejemplo, las siguientes preguntas: ¿es Hezbollah la voz del pueblo libanés o un ariete del belicismo iraní? ¿Hasta qué punto el conflicto israelí-palestino se encuentra ligado al del Golfo? ¿La existencia futura de Israel está garantizada sin un recurso a la defensa desmedida? ¿Es el fundamentalismo islamista el totalitarismo del siglo XXI?
El noticiero de Canal 13 pone música de fondo a las noticias y a los comentarios de los presentadores para acentuar el efecto emotivo. Típico es que muestren gente pobre con música triste para acentuar el golpe bajo.
ReplyDeleteEs un recurso de manipulación lamentable, pero nunca escuché que nadie proteste contra él.
Imaginémonos que puede hacerse en medio de una guerra.
ojos que no ven
ReplyDeletecorazon que no siente
lo que conlleva la responsabilidad del que, pudiendo, no quiere mostrar
y mucho peor, del que muestra lo que es mentira