Sep 9, 2006

El gran diario argento

Marcelo nos explica por qué no lee Clarín (o Klarín). Confiesa que por lo menos lee los titulares para divertirse. La verdad es que yo ni eso, me amargo tanto que prefiero evitarme el mal rato.

En realidad, el fenómeno del Grupo Clarín no deja de ser interesante. No siempre fue oficialista. A pesar de haber construido el grueso de su imperio en base a las desregulaciones y privatizaciones del sector durante los 90, se dedicó implacablemente a atacar al gobierno de Menem. Por menos del 10% de lo que vemos a diario en la Argentina 2006, pedían la cabeza de algún funcionario o directamente la del presidente.

El Grupo Clarín fue uno de los inventores de la “Alianza”, el rejunte de pelagatos que llevó al poder a De la Rúa, y uno de los principales posicionadores de personajes como Fernández Meijide ante la opinión pública. El chupaculismo oficialista continuó con la sucesión de presidentes que vino después. No vaya a ser que vuelva Menem. Me imagino que todavía nos acordamos de la cobertura periodística del default de Rodríguez Saa y de la devaluación, pesificación asimétrica y corralón de Duhalde. Estas barbaridades se llevaron a cabo para licuar las deudas de “empresarios” como los de este grupo.

Pero es durante la “administración” Kirchner que este grupo alcanza el paroxismo del chupaculismo oficialista, al punto en que se convierte en prácticamente el medio oficial del gobierno. Muchos creen que se trata de pagar los favores que recibieron con la licuación de deudas y la “ley Clarín” que deja a las “empresas culturales” a salvo de adquisiciones por otras empresas del exterior.

Yo creo que la plata solamente no alcanza para explicar semejante grado de obsecuencia y rastrerismo. Hay un componente muy importante de afinidad ideológica. Clarín sólo es oficialista cuando gobierna el socialismo nacionalista.

El gran mérito de este medio es el de haber identificado a la perfección todas y cada una de las taras culturales argentas y adaptar la forma de informar para retroalimentarlas.

El gran mérito del Grupo Clarín consiste en darle a la gente lo que la gente quiere. Se especializan en servirnos enormes porciones de humeante y fétida materia fecal que procedemos a deglutir vorazmente, convencidos de que se trata del mejor dulce de leche repostero, pura cepa.

En cuanto cambió el humor popular Clarín procedió a tirar a la basura a la “Alianza” de De la Rúa, a Rodríguez Saa y a Duhalde. Cuan sendos preservativos después de una noche de pasión. No me cabe ninguna duda de que, al menor signo de cambio, el romance con la autocracia actual va a terminar de la misma manera.

3 comments:

  1. Lo expresaste muy bien Luis, sobre todo cuando haces referencia a las taras culturales. Puede sonar exagerado pero a mi entender Clarin tiene gran parte de responsabilidad en el profundo cambio cultural (no para bien precisamente) que se ha producido en Argentina en las ultimas decadas.

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  2. No me voy a olvidar nunca más al reventado empleado de la SIDE de Marcelo Bonelli fogoneando a favor del golpe a De La Rúa y la devaluación en el 2001... Encima el tipo fue tan caradura como para negárselo al propio De La Rúa cuando se lo recriminó en una entrevista una vez volteado...

    Y la "ley Clarín" disfrazada de "protección a las industrias culturales"....

    Tenés razón, el problema es que la estupidez mental de los argentinos y el Grupo Cakín se retroalimentan...

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  3. Diego, Luis, aunque entre nosotros exista el Grupo Clarín, ¿Tiene la Argentina posibilidades de progresar?

    P.D.: No estamos solos, ya que Brasil tiene a "O Globo", el equivalente al Grupo Clarín.

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