Hace unos meses, un primo de la Opinadora, farmacéutico, que trabaja en una cadena de farmacias de EEUU desde hace un par de años, nos comentaba sobre los robos de medicamentos.
Descubrieron a una empleada de cerca de 60 años, muy cercana a la jubilación, que realizaba el robo hormiga de Viagra y Cialis, dos pastillas para tratar los problemas de erección masculina. Según supieron después, esta señora vendía las pastillas a un precio bastante considerable por unidad y prácticamente se hacía del equivalente de otro sueldo por mes. La tentación es enorme.
La pregunta que yo le hacía, que me sigo haciendo y que ahora les hago a ustedes, que se las saben todas, es si el estado tiene el derecho de decirle a un adulto lo que puede y no puede hacer con su vida privada. Tal vez este tipo de medicamentos debería ser de venta libre.
El primo farmacéutico nos explicaba que estos medicamentos se venden exclusivamente bajo receta porque aparentemente conllevan ciertos riesgos a la salud (cardiacos, en el caso de Viagra). No me parece mal que un ente regulador estatal, como la FDA, se ocupe de informar al público de los riesgos de tal o cual medicamento, pero, entre adultos, tal vez la decisión final debería quedar en manos del consumidor.
Si un señor considera que una vida sexual plena bien vale el riesgo, ¿debe el estado interferir? Yo creo que no.
Creo que la libertad incluye fundamentalmente la libertad de equivocarse en nuestras elecciones.
Por supuesto, todo lo anterior incluye también la decisión personal de consumir otro tipo de sustancias prohibidas. Pero la sigo en otro post.
No se si seguiste la polémica que se me armó por plantear la posibilidad de despenalizar el consumo de "otro tipo de sustancias". Evidentemente es un tema que genera posiciones muy encontradas.
ReplyDeleteEstoy indecisa con que haya total libertad para consumir cualquier tipo de sustancias, pero sí estoy de acuerdo con la filosofía del planteamiento. Si el tabaco es tan malo, pero hay libertad personal de consumirlo, ¿por qué no la Viagra?
ReplyDeleteCon las medicinas, ya se hace una distinción entre las que requieren receta médica y las que no, o sea, ya se deja al criterio individual la consumición de una parte importante de las drogas que hay en el mercado, mientras que se ejerce control sobre la otra parte. Racionalmente, parece razonable puesto que esa otra parte puede tener efectos muy contraproducentes en manos inexpertas. Filosóficamente, es como la hipocresía que se ejerce al distinguir legalmente entre la cocaina y el tabaco.
En cualquier caso, pienso que tendría que empezarse por diseñar disclaimers gigantes, inapelables, o veo un alud de demandas por problemas generados por dichas sustancias, aunque se hubieran consumido voluntariamente. El otro día hablamos de esto:
Hamburguesa=demanda por causar problemas circulatorios
iPor=demanda por causar problemas de oído
Sodas=demanda por causar problemas de obesidad infantil
Etc. Etc. Y cuidado, que hablamos de "sustancias" normalitas, ni siquiera controladas o desde ya potencialmente peligrosas!!
Diego, no, ahora me fijo, gracias.
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