No se pierdan este post en lo de Víctor. Es para sentarse a llorar. Siempre lo digo, tenemos una fascinación por la irracionalidad. En ese sentido, jugamos campeonato y tratamos permanentemente de superarnos. ¿O ustedes conocen a algún otro país que se haya dado los gustos que nosotros nos dimos?
Comerciamos con los enemigos de nuestros principales socios comerciales durante la Primera Guerra Mundial; fuimos pro nazis durante la Segunda y antinorteamericanos durante la guerra fría; adoptamos el fascismo cuando esta ideología desaparecía del mundo; por décadas, nuestro mayor objetivo de política exterior fue el liderazgo del grupo de países “no alineados”; en la década del 80 tuvimos una guerra contra la OTAN; coqueteamos con el terrorismo fundamentalismo islámico en plena guerra contra el terrorismo.
Por lo menos Getúlio Vargas, una especie de Perón brasilero, tuvo la viveza de reacomodarse con los Aliados en cuanto vio que el Eje se desplomaba. La Argentina ni eso, si nos vamos a equivocar, nos equivocamos en serio, a lo grande. Y después el papelón de declarar la guerra a Alemania unos meses antes de que termine el conflicto.
Insisto, nos encanta.
Luis, es cierto lo que decís sobre la irresponsable política exterior argentina...que creo que duró hasta los '90 y ahora regresa.
ReplyDeletePero no creo que el hecho de haber tomado la decisión que tomamos, por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial nos condene por siempre al subdesarrollo.
Lo que sí se precisa es una política exterior responsable, es decir: rodearnos con países "ganadores" y no con cualquier sátrapa que ande dando vueltas por el mundo; que la Cancillería esté a cargo de alguien especialista en Relaciones Internacionales; y cumplir con lo que dice el Art. 27:
"El Gobierno federal está obligado a afianzar sus relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras por medio de tratados que estén en conformidad con los principios de derecho público establecidos en esta Constitución."
Andrés, estoy de acuerdo con vos, la posición argentina ante la Segunda Guerra Mundial, de simpatizar abiertamente con el fascismo y el nazismo, no nos condena ad eternum al fracaso. Pero creo que estarás de acuerdo conmigo sobre la impresionante colección de disparates que es nuestra relación con el resto del mundo. Creo que todo esto va marcando un perfil de país, nos guste o no.
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