El Opinador Compulsivo

Sigo con esto.

Estoy convencido de que en el fondo nos gusta vivir así. De otra manera hace rato que hubiéramos hecho algo para cambiar. Creo que a pesar de las quejas, de los lamentos, de las lágrimas, de la miseria y el sufrimiento de millones de argentinos, nos sentimos muy cómodos con este modelo de país y sociedad. Nos encanta.

En nuestra cultura, el fracaso es la norma. El fracaso no se tiene que explicar ni justificar. El fracaso existe, punto. No implica responsabilidades ni esfuerzo, nos sale naturalmente. No se debe mantener ni requiere de creatividad ni sacrificios.

El éxito es otra cosa. Nos aterra. Odiamos al éxito y a las personas exitosas. Ante el menor indicio de que alguien sale del fracaso medio argentino, le caemos encima con todo. Pero qué se habrá creído.

Insisto, nos encanta vivir así. Esto de la normalidad y lo cotidiano no es para nosotros. Los argentinos estamos para las Grandes Cosas, las gestas gloriosas, la lucha permanente, la Movilización Social, la rebeldía sin causa. Vamos a demostrarle al mundo que otro mundo es posible. Eso de trabajar, producir, consumir y tratar de ser felices es para los pobres idiotas de los países normales del mundo. No saben de lo que se pierden.