Más sobre Misiones.
Gustavo Lazzari sostiene que el clientelismo tiene rendimientos decrecientes y no es invencible.
Me gustó la editorial de La Nación de hoy. ¿Nos estaremos dando cuenta?:
El presidente Néstor Kirchner se equivocó doblemente en las semanas previas a los comicios. Por un lado, se olvidó de que es el mandatario de todos los argentinos y volcó su apoyo personal a Rovira en un acto público; por otro, no reparó en atacar al clero misionero, achacándole a la Iglesia Católica no haber hecho nada durante la época del último proceso militar. Ignoró el jefe del Estado que la Iglesia fue uno de los pocos sectores de la vida nacional que, al menos, efectuaron una sincera autocrítica por su actuación en el pasado, al tiempo que desconoció que obispos misioneros se opusieron con valentía a los condenables excesos del gobierno de facto.
También es el primer mandatario responsable de haberse inmiscuido en una campaña electoral donde la transparencia brilló por su ausencia del lado de un oficialismo que pareció dispuesto a casi todo por un voto. En todo caso, Kirchner debió haberse abstenido de contribuir con fondos públicos nacionales al triste festival de prebendas del cual se vio toda clase de testimonios.
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