Oct 17, 2006


Muy interesante artículo sobre los trolls (los de internet) en lo de Víctor Cogito Argentum. En castilla, para que todo el mundo lo entienda. Me quedo con esta parte:

La respuesta definitiva al argumento de la libertad de expresión es éste: aunque podemos tener derecho a decir más o menos lo que queramos, no tenemos derecho a decirlo donde nos dé la gana. Quizás sienta intensas emociones sobre el hecho de que su vecino no haya cortado el césped desde hace dos meses, pero eso lo da derecho a reprenderlo en su propio cuarto de estar. De modo similar, si un webmaster le dice a un troll que no es bienvenido, el troll no tiene «derecho» a quedarse. Esto es especialmente cierto en los numerosos servicios de comunicaciones gratuitos que se ofrecen en la red. (En los sistemas de pago, el troll puede estar en el derecho de solicitar un reembolso).

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