La verdad es que yo no pego una. Resulta que nos vamos a vivir al exterior y ahora La Nación nos cuenta que los extranjeros, sobre todo los del primer mundo, hacen cola
para mudarse a la Argentina, “cautivados por
la cultura y la noche”.
No hay caso, siguen los éxitos del “modelo productivista”.
La situación me recuerda a la de otro país latinoamericano: Mexico.
ReplyDeleteMexico manda a Estados Unidos la parte más productiva de su población, los más inteligentes llegan con visas de estudiante, mientras que aquellos que sólo tienen el "lomo" para ofrecer cruzan la frontera de noche. Todos vienen con un objetivo: producir.
A la inversa, Mexico recibe de Estados Unidos el sector pasivo más pasivo de la sociedad del norte. Los fines de semana llegan hordas de estudiantes en busca de aventuras y alcohol. Quienes vienen con la idea de permanencia son en cambio los jubilados, los que pretenden estirar sus dólares por más tiempo. Los norteamericanos que llegan a Mexico lo hacen bajo la consigna opuesta a producir: gastar.
Lo mismo ocurre en esta Argentina regalada (devaluada le dicen los técnicos) de estos días. El último párrafo del artículo es revelador:
"Muchos llegan atraídos por esa fama que está adquiriendo Buenos Aires y por la vida nocturna, pero pasados los primeros seis meses, cuando se agotan los ahorros y tienen que conseguir un trabajo, la mayoría cae en la cuenta de que no es tan barato vivir en Buenos Aires si se gana en pesos", aporta Grant Dull.
En gran medida, la Argentina todavía vive de las rémoras de un pasado de esplendor. Creo que eso es lo que explica en alguna medida las calificaciones relativamente altas que todavía logra en algunas mediciones de calidad humana y de vida.
ReplyDeleteEn general, los argentinos viven desesperados porque alguna les salga bien. Se empeñan en hacer las cosas mal, pero al mismo tiempo no pueden evitar soñar con que esta vez tenga un final feliz. Eso de tener éxito haciendo las cosas bien lo logra cualquiera.
Creo que todas estas noticias son parte de lo mismo. En realidad, el gran boom de los extranjeros que se mudaban al país se dio durante los 90. De la misma manera en que la explosión de las exportaciones, del turismo y de las producciones cinematográficas y publicitarias también se dio en esa misma época. El país todavía vive de las inversiones que se llevaron a cabo durante esos años.
De la mano de las centenares de empresas internacionales que empezaron a operar en Argentina llegaba el personal con sus familias, desde gerentes hasta empleados rasos. También llegaban decenas de miles de extranjeros, principalmente de países limítrofes y de Perú, que venían a trabajar a Argentina atraídos por los salarios relativamente altos en dólares.