Sigue el entusiasmo, y en algunos casos lamentablemente la euforia, por la derrota del oficialismo en Misiones el domingo. Me pareció interesante el análisis que hace Natalio Botana en La Nación de hoy. Para este autor, se trata del fin de la hegemonía, que fue derrotada por la “dignidad”.
Muy en línea con lo que comentaba hace unos días, Botana advierte que no es lo mismo votar en negativo que votar en positivo. Una cosa es un arco opositor formado y legitimado por oponerse a una serie de barbaridades institucionales y políticas y otra muy distinta es una oposición encolumnada detrás de un proyecto común. Ponernos de acuerdo en lo que no queremos es menos conflictivo que tratar de ponernos de acuerdo en lo que queremos. Me imagino que todavía nos acordamos del experimiento de la "alianza":
Los desafíos provienen del hecho de que en Misiones se impuso una coalición electoral de carácter negativo.
La boleta con que se emitió el sufragio mayoritario es, al respecto, expresiva: los misioneros que ganaron esta elección lo hicieron votando por el no. Decir que no en política puede ser tan importante como decir que sí, pero lo que interesa destacar aquí es que, ante las exigencias de competir en el futuro para ascender al gobierno en las provincias y en el país entero, las propuestas adquieren necesariamente otra entidad y otro propósito.
Digámoslo sin vueltas: en Misiones se impuso una gran coalición, formada por una variedad de vertientes que, superado este trance, volverán al cauce en que habitualmente se desenvuelven. Este es, obviamente, el caso de la Iglesia, un factor decisivo de la victoria, junto con los medios de comunicación de alcance nacional (a ellos les debemos haber observado en pantalla el grotesco espectáculo del fraude).
Luis, de todos modos, no está para nada mal que nos pongamos contentos de que en Misiones haya perdido el clientelismo oficialista. Es más, sigo contento por dicha derrota, pero tampoco estoy tan eufórico.
ReplyDeleteEs cierto lo que decís: una cosa es formar una coalición para decirle no a la reelección indefinida, otra es formar una coalición para competir en elecciones presidenciales.
De todos modos, Luis, ¿Quién le quita lo bailado al frente opositor que ganó en Misiones?
Pensá que si ganaba Rovira, teníamos reelección indefinida para casi todos los gobernadores y para el presidente.
Andrés, Estoy de acuerdo con vos. La verdad es que fue un alivio muy grande que haya perdido esta gente en Misiones. De la que nos salvamos. Pero insisto con lo que vengo diciendo, esto puede servir como primer paso, pero para tener alguna posibilidad de éxito hay que tratar de alcanzar consensos de mínima.
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