Más sobre un tema que me resulta muy interesante, por qué algunos países progresas y otros permanecen atrasados. Meir Zylberberg sostiene en su libro que el fracaso argentino tiene raíces totalitarias. La destrucción del modelo de libertad y progreso de la Constitución de 1853 – 60 y su reemplazo por un régimen corporativo fascista:
En 1942, el líder de la Italia Libre, el conde Sforza, ya anticipaba en una entrevista para el diario La Prensa que en la República Argentina había prendido la infección fascista y los democráticos tendrían que luchar muchos años para combatirla. “Cuando nosotros –refiriéndose a los italianos– estemos libres de la infección, ustedes –los argentinos– seguirán sufriendo sus consecuencias”, sentenció.
Para la opinión pública occidental, de acuerdo al testimonio del periodista Rodolfo Luque, la Argentina, al cabo del primer quinquenio de la década del cuarenta, era ya una aparente república representativa federal, pero en realidad era un régimen corporativo fascista.
Luis, leí el libro y la conclusión que saqué del mismo es que la decadencia argentina comienza al momento en que se empieza a abandonar el camino trazado por la Constitución liberal de 1853/60.
ReplyDeleteAl margen de que para mí la decadencia nacional se explica en cierto punto por razones culturales (por ejemplo, valores resistentes al desarollo), siempre supuse que la principal causa del subdesarrollo argentino es el abandono del sendero liberal demarcado por la Constitución de 1853/60.
Si queremos ser un país desarrollado, es importante retomar el camino del liberalismo que la Carta Magna alberdiana ha marcado hace ya muchísimo tiempo.
Sobre el libro, Meir Zylberberg afirma que la causa del fracaso argentino radica en el abandono de la civilización de la moneda metálica y el castigo progresivo al éxito. Es más, Zylberberg dice que la creación del Banco Central consolidó el subdesarrollo (en realidad no lo dice tal cual lo escribo acá) en base al modelo corporativo-fascista.
Pero no todo acaba acá: Meir Zylberberg afirma en su libro que sin el Banco Central, Perón no hubiera existido políticamente.
Y como soluciones a la actual crisis, nombra a estas, entre otras:
-Eliminar el Banco Central y transferir todo lo referente a moneda, crédito, bancos, cambios y tasas de interés a la esfera del Derecho Comercial y al control incorruptible de la libre competencia y la responsabilidad individual.
-Privatización del subsuelo.
-Eliminar el régimen de Coparticipación Federal.
Muy interesante. Yo creo que dejamos la senda de la libertad que marca la Constitución de 1853-60 por cuestiones culturales. Como dice Grondona, nuestro casamiento con las ideas liberales fue por conveniencia, nunca por amor. Y a la primera de cambio nos volvimos a lo de mamá. En decir, volvimos a las andadas, a lo mismo de siempre.
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