La izquierda todavía tiene grandes planteamientos relacionados a la economía de mercado, a los derechos individuales y a la democracia liberal, pero básicamente se limitan al campo de lo teórico, al plano de las ideas. Porque en lo que se refiere a su aplicación práctica, hace rato que han claudicado (iba a decir “se bajaron los pantalones”, pero queda medio fuerte).
Ya comenté varias veces por acá sobre la característica y muy marcada hipocresía de muchos de los cultores de esta postura ideológica, de los más destacados y de los otros. No se pierdan esta columna sobre Noam Chomsky, el abanderado de la izquierda recalcitrante.
Como de costumbre, la revolución, la abolición del derecho de propiedad y el socialismo son la panacea, siempre y cuando se trate de la propiedad de los demás, nunca la propia:
One of the most persistent themes in Noam Chomsky’s work has been class warfare. He has frequently lashed out against the “massive use of tax havens to shift the burden to the general population and away from the rich” and criticized the concentration of wealth in “trusts” by the wealthiest 1 percent. The American tax code is rigged with “complicated devices for ensuring that the poor—like 80 percent of the population—pay off the rich.”
But trusts can’t be all bad. After all, Chomsky, with a net worth north of $2,000,000, decided to create one for himself. A few years back he went to Boston’s venerable white-shoe law firm, Palmer and Dodge, and, with the help of a tax attorney specializing in “income-tax planning,” set up an irrevocable trust to protect his assets from Uncle Sam. He named his tax attorney (every socialist radical needs one!) and a daughter as trustees. To the Diane Chomsky Irrevocable Trust (named for another daughter) he has assigned the copyright of several of his books, including multiple international editions.
Chomsky favors the estate tax and massive income redistribution—just not the redistribution of his income. No reason to let radical politics get in the way of sound estate planning.
Me suena a periodistas progres argentinos que se llenan la boca hablando boludeces, y terminan en Punta.
ReplyDeleteLa hipocresía izquierdistas es de las cosas que más me molestan.