Este fin de semana la ida al supermercado fue muy fructífera. Encontré un par de cosas muy interesantes. Por un lado, compré el equivalente local de los “anquitos coreanos” o “coreanitos” de la Argentina, los zapallitos en forma de pera gigante, color naranja. No tienen exactamente el mismo gusto, pero muy ricos lo mismo. Hacía años que no los comía.
También encontré unos chorizos bastante pasables. Compré uno de esos panes largos, la versión más gruesa de las baguettes, y me hice unos flor de choripanes. No serán como los de un puesto de la Argentina, pero a buen hambre no hay pan duro. Ahora que lo pienso, voy a ver si consigo chimichurri.
Luis,
ReplyDeleteMe parece que te gustan demasiado los coreanitos y los chorizos. Hmmm...que querés que te diga, yo creía que jugábamos en el mismo equipo.
De todas maneras, es bueno que seas sincero y lo asumas.
Si venis a miami, vas a encontrarte con infinidad de parrillas argentinas, ya no es ninguna novedad verlas en la ciudad.
ReplyDeleteesta inundado de golosinas argentinas, alfajores, cocolates, galletitas.
En algunos supermercados venden normalmente dulce de leche argentino de varias marcas, todo tipo de galletitas, harina balncaflor, sal parrillera dos anclas, vinos variados y hasta carbin argentino.
Sanguches de miga? no problem. Abundan tipos y variedades. Morcilla, chorizos y mollejas? Sobran.
Mate bombilla y cartas de truco? A patadas.
Y como pa que no falta el toque autoctono final, tambien hay mas de un garca argentino dando vueltas por Miami.
http://www.miaminewtimes.com/search/restaurants.php?oid=18086
Hablando de recetas, Petrona, cuandos puedas explicame cómo es ese plato quebecoise de las papas fritas con gravy y queso. Voy a ver si lo intento.
ReplyDeleteCarlos, No me digas así porque te agarro de las mechas.
ReplyDeletePero cómo no, Rubén, se lo pedí a Juanita y acá está. ¿No es un poema?
ReplyDeleteV, Sí, tenía entendido de que en EEUU, y especialmente en zonas como Miami, se pueden encontrar muchos más productos argentos que por estas latitudes.
ReplyDeleteLo mío no es una desesperación general, más bien puntual. De tanto en tanto me comería un buen cacho de carne, me tomaría un café con leche expreso, de esos que te sirven en cualquier barsucho de morondanga de Argentina, o me comería unas empanadas, pero las de verdad, de Tucumán o Santiago del Estero (sin animo de ofender a ninguna otra provincia, por supuesto).