Jan 4, 2007
El populismo lo hizo
Creemos lo que deseamos creer, lo que nos agrada creer, lo que satisface nuestros prejuicios y alimenta nuestras pasiones.
Confieso que me resulta muy complicado entender cómo alguien medianamente formado y expuesto al mundo puede creer que el populismo latinoamericano es el camino. Me pregunto si alguien conoce algún ejemplo en la historia de la humanidad en que algún país haya, no ya alcanzado el desarrollo, por lo menos disminuido la pobreza a mediano y largo plazo mediante estas políticas.
Resulta que abundan en todo el mundo los apologistas de Chávez, y hasta hace poco de Morales. Al igual que con el régimen cubano, que podrá no respetar las libertades ni los derechos humanos más elementales pero “ojo, que tiene un sistema de salud de primer nivel y los cubanos viven en dignidad”, esta gente nos explica que Chávez podrá ser un autócrata megalómano de cuarta pero “por lo menos está haciendo algo por los pobres y la desigualdad en Venezuela”.
Como de costumbre, la realidad suele ser muy distinta al maravilloso mundo de fantasía, del deber ser, en el que se empeña por habitar la progresía:
La gran mayoría de las discusiones acerca del gobierno de Hugo Chávez asumen que su administración ha reencauzado de manera significativa a las prioridades de la política pública venezolana respecto de los pobres y discriminados del país. Estas opiniones favorables de los esfuerzos de Venezuela para poner fin a la pobreza están por lo general acompañadas por referencias a recientes modificaciones en el enfoque social del gobierno, y particularmente a sus bien conocidas Misiones—el conjunto de programas sociales iniciado en 2003 destinado a todo lo que va desde el analfabetismo en los adultos a los altos precios de los alimentos.
La efectividad de estos programas en incrementar los estándares de vida de los pobres de Venezuela a menudo no es puesta en duda. Sin embargo, lo cierto es que sabemos notablemente poco respecto de sus verdaderos efectos. Dado que la mayor parte de estos programas están destinados a componentes del bienestar no vinculados con los ingresos, sus efectos no pueden ser evaluados mediante la medición de las tendencias en los índices de pobreza, los que de todas formas han evidenciado una mejora insignificante en comparación con aquella experimentada durante los anteriores auges petroleros. Las estadísticas confiables que miden directamente el progreso en materia de salud y educación son escasas. La poca información que existe, no obstante, no bosqueja nada que se asemeje ni remotamente a la magnitud de los logros sostenidos por los funcionarios del gobierno y los comentaristas internacionales.
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ReplyDeleteLuis,
que alternativa propones para Venezuela? alguna idea?
Petrus, Ideas tengo muchas. Personalmente creo que por varios años la Venezuela post Chávez va a tener que dedicar todas sus energías a la reconstrucción institucional del país. No es un tema menor.
ReplyDeleteComo en la Argentina post Perón, el paso siguiente seguramente será empezar a trabajar para terminar con la tremenda polarización de la sociedad en ese país. Espero que les vaya mejor que a nosotros en Argentina.