Feb 12, 2007

Los buenos, los malos y los amish

Más sobre el fundamentalismo ambiental. No sé si es cierto para todos los activistas ambientales, o si le cabe a una mayoría, pero sí noto en los más vocales de ellos una muy marcada tendencia nihilista que sinceramente me parece muy preocupante.

Este es el punto de vista de Carlos Alberto Montaner:

Tras el debate escasamente científico, pues se basa en conjeturas inteligentes o en dudosas probabilidades estadísticas y no en relaciones comprobadas de causa y efecto, lo que existe es otra deriva de la batalla ideológica y moral entre la izquierda y la derecha, o, de una manera más amplia, entre quienes defienden a la sociedad en abstracto (la Humanidad, suelen escribir con mayúscula), y quienes centran su discurso en la protección de los seres humanos de carne y hueso.

Por eso no es nada sorprendente que en las filas del colectivismo ambientalista, las de los verdes, se den cita los socialistas de todo pelaje, los comunistas sobrevivientes del derribo del Muro de Berlín, aún con las huellas de los escombros ideológicos sobre las vestiduras encaladas, y, en general, todos los miembros de la alegre, vasta e ilusionada familia de los progres, mientras en el bando opuesto, en el de los individualistas, comparecen los liberales (en el sentido europeo y latinoamericano de la palabra), mucho más interesados en los derechos de las personas de aquí y de ahora que en el impredecible destino de las generaciones futuras.

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