En México, el maíz para las tortillas es una cuestión de estado, más o menos como la carne en la Argentina. Felipe Calderón, el nuevo presidente de ese país, está enfrentando lo que podría ser su primera crisis de gobierno por el aumento del precio de ese commodity. Mary Anastasia O'Grady cree que las expectativas que despierta Calderón y las posibilidades de que lleve a cabo reformas de envergadura en el país dependen en gran medida de para qué lado resuelva el asunto, con más o con menos mercado.
Es muy interesante notar que, una vez más, nada es gratis en la vida. El aumento del precio internacional del maíz, que tanto afecta a los más pobres de México, se debe en gran medida a la decisión tan políticamente correcta de los EEUU de destinar mayores cantidades de ese producto a la producción de etanol.
"Gracias" a la mano estatal etc, en Argentina el maíz seguirá subsidiado. O sea, pagamos todos aunque no te gusta ni el pan, ni la tutuca ni el pochoclo.. Broda comenta esto, entre otras cosas, aquí y dice: "Ante el aumento de los precios internacionales y para evitar subas en los precios de alimentos "esenciales", el Gobierno volvió a proteger a los consumidores, pero se sofisticó en su intervención. El consumidor no verá incrementado su precio, pero ahora el productor de trigo y maíz recibe un precio mayor (por la incorporación del subsidio)."
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