La Argentina es un país verdaderamente esquizofrénico. A pesar de no haber dejado disparate monetario ni económico sin intentar en nuestra historia, de haber convivido durante generaciones con inflación crónica que en algunos años alcanzó los tres dígitos y varias hiperinflaciones, seguimos discutiendo las bondades de los controles de precios y las manipulaciones de los índices de inflación. Me pregunto qué tiene que pasar, cuantas vidas debemos arruinar, para que lo entendamos.
No hay caso, seguimos convencidos de que esta vez la pegamos, seguro que sale bien:
El control de la inflación
Los índices, una bomba de tiempo frente a los precios
¿La manipulación de la medición es el final de los controles y de las medidas para evitar una escalada? Algunos especialistas dicen que sí, otros creen que todo lo que está fuera del indicador subirá más que nunca
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