Apr 16, 2007

Conversación entre Nancy, una empleada doméstica que vive en Buenos Aires, y mi madre:

Nancy: Y cuándo viene su hijo de visita a la Argentina?
Mi madre: No sé, no tiene fecha por el momento
Nancy: Pobre, cómo debe sufrir, no? Debe estar desesperado por volver. Sabe usted que en Estados Unidos no hay carne? Allá lo único que comen es carne de chancho y hamburguesas.
MM: No Nancy. La carne en Estados Unidos es muy buena. Yo he estado ahí varias veces.
N: Doña (MM), yo sé lo que le digo. Y hay gente que se muere de hambre en las calles ahí. Lo terroristas lo van a matar a todos. Su hijo se tiene que volver.

Nancy no terminó tercer grado, pero su línea de pensamiento resuena desde los barrios bajos hasta las aulas de las universidades argentinas. Denominaremos a este fenómeno: "a bardear a los yanqui se dijo."

Hoy Nancy y sus pares viven un día de reivindicación. Y todos opinan. Todo el mundo analiza y arriesga elaboradas conclusiones de corte sociológico.

Es una locura lo que pasó en Virginia Tech. Pero no esperen un análisis desde esta columna. Ni links a los más ridículos comentarios sobre una tragedia causada por UN (1) demente. Estoy harto de sociología barata. Nancy va a decir que una sociedad violenta mostró su cara. Pat Buchanan va a decir que la culpa es de los inmigrantes (el piantao es aparentemente chino). Michael Moore y su troupe se despacharán contra las armas. Y así, cada uno se enfocará con su prisma favorito. La realidad en cambio dice que esto fue el obrar de un demente. Un loco que terminó con la vida de más de treinta (y que le da cuerda a millones)

Personalmente, me desvelan los mambos colectivos (1) (2) (3). Son más difícil de entender.

3 comments:

  1. Ramiro, El problema de los países como Argentina no son las “Nancys”, los millones de taxistas, amas de casa o empleadas domésticas que nunca tuvieron la oportunidad de conocer de lo que hablan. El verdadero drama es que gran parte de lo que en inglés se denomina la “intelligentsia” comparte muchos de los mismos prejuicios. Yo creo que en el mejor de los casos se trata de una enorme pereza mental.

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  2. Volvé a la Argentina, Ramiro, ya te has sacrificado bastante.

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  3. Sí, Carlos. He estado llamando todo el día al número de Austral para sacar los pasajes de regreso.

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