Decir que el estado es un pésimo administrador no debería sorprender a nadie. Las empresas estatales son un fracaso escandaloso, aún si hablamos de los trenes en Francia, la electricidad en Québec o el cobre en Chile. Pero si existe un país que lo comprobó en carne propia hasta el hartazgo, ese país es la Argentina.
Es honestamente surrealista que en nuestro país, el país de YPF, Ferrocarriles Argentinos, YCF, Obras Sanitarias de la Nación y SEGBA, todavía haya que explicar estas cosas. Me pregunto qué tiene que pasar, cuantos miles de millones de dólares más debemos hundir, cuantas vidas debemos arruinar, cuanta más gente tiene que morir para que lo terminemos de entender:
Una empresa estatal es intrínsecamente ineficiente porque no quiebra. En otras palabras, el Tesoro nacional cubrirá siempre su déficit y éste será pagado finalmente por la sociedad merced a nuevos impuestos, nueva deuda pública o un poco más de inflación. Una empresa estatal es tierra de nadie porque es propiedad de todos y de nadie a un mismo tiempo. Como ninguna persona de carne y hueso arriesga su patrimonio, la empresa hace inversiones de bajísima rentabilidad, otorga inamovilidad a ñoquis, paga sobreprecios a veces groseros por insumos, vende sus servicios a precios políticos por debajo del costo y carece de vocación para ejecutar a los deudores morosos. Todos se hacen un festín con la empresa pública: los clientes que no le pagan, los proveedores que le sobrefacturan, los empleados que gozan de una beca de por vida y los políticos que creen hacer patria cuando anuncian inversiones faraónicas.
El Estado es corrupto, ineficiente y deficitario. Conviene desplazarlo de todas las funciones que puedan ser prestadas por la empresa privada. Y en aquellas funciones en las que resulte insustituible lo más sabio es armarse de paciencia y encarar la tarea ardua y prolongada de reconstruir un Estado organizado y fundado en el mérito.
una escuela publica tambien es una empresa estatal
ReplyDelete100% de acuerdo, tanmbién lo es la UBA o cualquier otra universidad pública.
ReplyDeletelo que si sabemos los que garpamos las cuentas es que aumentaron un montón, que la guita antes iba al mismo estado que redistribuia, que ahora se van a los bolsillos de unos privilegiados que no hay inversión y que pronto los servicios van a colapsar.
ReplyDeleteComo ejemplo un botón: desde que se creó hasta el eaño 1955 (cuando la democracia comenzó a ser suplantada por minorías golpistas) ENTEL instaló la mitad de servicios que hasta que se privatizó. Ergo cuando el estado anda los servicios del estado TAMBIEN ANDAN!, je... ademas de esa forma la ganancia no se la come una empresa, sino que se redistribuye, por ello había IGUAL porcentaje de lineas instaladas en bsas que en Humahuaca. _
Saludos.
CD CM®
CD CM, En fin, para qué hacerme mala sangre. Me pregunto qué tiene que pasar en Argentina, cuantos horrores más debemos vivir, cuanta gente más debe morir, con las “empresas estatales” y la gestión estatal en general, para que entendamos.
ReplyDeleteInsisto con lo que vengo diciendo por acá. Las empresas de servicios en la Argentina no pasaron a manos privadas por un prurito ideológico del gobierno de turno. Se trató de una cuestión de supervivencia ante el colapso de la infraestructura del país. No sé cuál es tu edad, pero si no te acuerdas te diría que leas los diarios de la época.
Hasta las nacionalizaciones de mediados del siglo XX, la Argentina tenía el índice más alto de teléfonos por habitantes de Sudamérica, y uno de los más altos del mundo. La situación era similar en el tendido de la red de agua potable y cloacas, energía eléctrica, ferrocarriles y demás. No te tengo que contar lo que pasó después de la “gestión estatal”.
En cuanto a eso de que en el caso de las empresas públicas “la ganancia no se la come una empresa, sino que se redistribuye”, creo que no tienes la menor idea de lo que hablas. O directamente sos un reverendo pelotazo.