Apr 27, 2007

Más sobre este tema de la cuestión cultural. Por acá las casas no están cercadas por muros ni tienen rejas en las ventanas. Cuanto mucho, un libustro o algunos arbolitos. Las casas tienen grandes ventanales y puertas corredizas de vidrio que dan al patio de atrás. La mayoría de la gente tiene una casilla para guardar los implementos del jardín, como la máquina para cortar el pasto, podadora, bordeadora, palas, rastrillo, carretilla, palas para la nieve, bicicletas y demás. La nuestra no tiene ni llave. Cualquier persona que lo desee no tiene más que abrir la puerta y sacar lo que le de la gana.

¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué no desaparecen las cosas - bicicletas, juguetes y demás - que los chicos dejan tiradas en la calle después de jugar? ¿Por qué la gente no cierra los autos con llave cuando llega a su casa, a pesar de que por ley es obligación hacerlo?

Muchos argentos y otros extranjeros que viven por acá están convencidos de que es por temor a la policía o a ser sancionados. Pero si la mayoría de los habitantes de la provincia se dedicara al choreo al mejor estilo argentina, no habría policía que baste para controlar todo.

Otros sostienen que se trata del nivel de pobreza. Según este punto de vista, la falta de respeto a la propiedad de los demás es una “cuestión de necesidad”. Al igual que mucha gente en Argentina, la idea es que existiría una relación directa entre las tasas de pobreza e indigencia y las de este tipo de crímenes.

Yo creo que es al revés. Cuanto más respeto por el derecho de propiedad existe en una sociedad, mayor será su nivel de prosperidad. En otras palabras, no robamos porque seamos pobres. Somos pobres porque robamos.

2 comments:

  1. Totalmente de acuerdo, Luis. Somos pobres porque robamos.

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  2. Yo creo que hay un detalle no menor: si desde arriba se envían señales de que el derecho de propiedad es lo equivalente al papel higiénico, es obvio que todos vamos a querer apropiarnos de lo que podamos.

    Si desde la Justicia, por ejemplo, se protegiera firmemente el derecho de propiedad, y los gobernantes acataran dichos fallos, creo que distinto sería el cantar.

    Pero esto es Argentina: no nos olvidemos que el Bordolino es la bebida oficial de muchos políticos. Un día dicen una cosa, se toman un Bordolino y al día siguiente dicen otra.

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