Se conocen más detalles del "caso Skanska”, con casos de coimas generalizadas para la adjudicación de obra pública. Por algún motivo hay mucha gente sorprendida, entre legos y entendidos. Perdón, pero ¿somos o nos hacemos?
¿Podemos realmente sorprendernos por estas cosas? Creo que no digo nada nuevo cuando vuelvo a repetir lo que ya dije varias veces por acá. La corrupción es directamente proporcional al grado de discrecionalidad de los funcionarios. Cuanto mayor es el apego a normas legales generales y parejas para todo el mundo, menor el grado de discrecionalidad. Cuando la discrecionalidad alcanza los niveles de la Argentina post golpe de fines de 2001, cuando no quedó en pie ni un solo contrato, las oportunidades de corrupción se multiplican exponencialmente.
En un país donde un funcionario controla absolutamente todo, desde el precio de la tirita de Geniol hasta qué se puede producir y exportar, creo que no hay que ser un experto internacional en política pública para saber cómo termina la historieta.
Parecemos chicos de jardín de infantes.
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