Álvaro Vargas Llosa se pregunta si Francia está preparada para Sarkozy. No es un tema menor. Como vengo diciendo por acá, no dudo de la voluntad del presidente electo, pero me temo que es muy difícil que se de un cambio en ese país. Se trata de una sociedad anquilosada, que hasta ahora prefirió siempre el fracaso seguro de continuar con lo políticamente correcto a la posibilidad de éxito de salir de la corrección política.
De todos modos, espero estar equivocado:
¿Por qué debe importar al resto del mundo el que Francia esté o no preparada para dar un bandazo? Porque la Unión Europea no alcanzará la madurez política mientras Francia, su símbolo, no revierta el declive. En una generación, ese país ha pasado de ser uno de los ocho más prósperos del mundo a ocupar el puesto diecisiete; su deuda pública se ha quintuplicado desde 1980. Es cierto: muchos países europeos han modernizado sus instituciones sin esperar a Francia. Pero, junto con Alemania, Francia ha impedido que la Unión Europea juegue el papel internacional que estaba llamada a jugar. El resultado ha sido el rol desproporcionado que ha jugado Estados Unidos entre las naciones libres del Occidente tanto desde el punto de vista político como desde el económico, algo que empieza a notarse más ahora que la primera potencia parece entrar en un período de desaceleración.
En la Francia de hoy, Sarkozy es un líder más promisorio que cualquier otro de la derecha o la izquierda. A pesar de sus sombras –delata algunas tentaciones populistas de tanto en tanto—, este hijo de inmigrante húngaro es lo bastante joven y cosmopolita como para entender que Francia debe poner punto final a la mentalidad que la ha gobernado en décadas recientes. Es una mentalidad que se compone esencialmente de dos cosas: el nacionalismo "gaullista" con el que Giscard d´ Estaing y Jacques Chirac, antecesores de Sarkozy en el mando de la derecha, se sintieron tan a gusto, y el socialismo que desvirtuó la revuelta estudiantil de mayo de 1968, convirtiendo lo que empezó como una explosión de sentimiento libertario en una dependencia conformista con respecto al Estado protector para la solución de los padecimientos sociales.
Luis y demás, los invito a disertar por aquí...
ReplyDeletehttp://telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=61829&id=148880&dis=1&sec=1
Cuanto más conozco a los franceses, más ganas de comerme un Big Mac me dan...
ReplyDelete¿Vieron que el tipo ni asumió y los "estudiantes" ya fueron a tomar las facultades?
Estos franceses, si estuvieran en Latinoamérica, serían fracasados y peronistas como nosotros...
Diego, Iván y Luis, bienvenidos a Francia, el lugar donde Le Capitalisme est une merdé et Etat, mon amour.
ReplyDeleteP.D.: Ahora veremos que pasa con Sarkozy.