¿Le pasó el cuarto de hora a la Argentina de Kirchner? No estoy tan seguro. Pero, en el país los cambios de humor político suelen darse con una velocidad escalofriante:
Argentina's political winds are changing. Unlike the last time I visited here last year, left-of-center President Néstor Kirchner no longer looks like the almighty leader who will head this country -- directly or behind the scenes -- well into the next decade.
Only a few months ago, the conventional wisdom in this capital was that Kirchner's wife, Sen. Cristina Fernandez de Kirchner -- helped by four consecutive years of strong economic growth and her husband's high popularity ratings -- would run in the Oct. 28 presidential elections, and win by a landslide.
The idea, people close to Kirchner's inner circle said, was that Cristina Fernandez de Kirchner would serve one four-year term, then allow her husband to run for either one or two consecutive terms. This would have allowed the Kirchners to rule until 2015, perhaps even 2019.
But a series of recent political setbacks suggest that the ''K-phenomenon'' -- as pro-government media referred to Kirchner's 70 percent popularity ratings after he won the 2003 election with only 22 percent of the vote -- has already peaked, and is losing steam.
Ayer, en un acto de insensato arrojo, miré dos minutos canal siete y estaba un grupo de "gente de la cultura" (actores y músicos analfabetos) diciendo que si gana Macri se viene la represión y los 90.
ReplyDeleteEl problema no son sólo K y su mujer, sino las ideas y preferencias electorales e ideológicas de mucha gente. Mientras los 90 -es decir la apertura, las privatizaciones, la desregulación y la convertibilidad-estén demonizados, y el propio espectro que por razones de simplicidad denominaré la centro-derecha entre en el juego de discutir quién fue más o menos noventista, el país no cambiará. Es más: a esta altura, no es de descartar que sea preferible que las próximas elecciones presidenciales sean ganadas por K y los suyos, para que cuando les estalle la burbuja, la gente tenga claro que los "sinceramientos" son obra de ellos, no de quienes los sucedan.
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