Me encanta como cambian las modas con el pasar de los años. Y no estoy hablando de la alta costura.
Después de traumatizar a generaciones de padres y niños con los horrores de la exposición al sol y el vínculo con el cáncer, resulta que ahora nos enteramos de que
no era para tanto (visto en Instapundit).
En 1988 me extirparon de la pierna un melanoma. El dermatólogo me felicitó por haber concurrido a su consulta en cuanto noté ese extraño punto color negro azabache ya que lo había podido extirpar cuando, por su muy pequeño tamaño, había un 95% de chance a mi favor de que no se repitiera.
ReplyDeleteConversando, me dijo que hasta el año 1983/4 los dermatólogs veían (en Uruguay) un melanoma al mes y que en 1988 veían CUATRO por semana y que atribuían este incremento al agujero de ozono y a la moda de hacer deportes al aire libre en horarios en que los rayos solares son particularmente intensos.
Me explicó que el melanoma es altamente maligno y hace metástasis rápidamente cuando supera cierto tamaño, por lo que me recomendaba que hiciera vida NORMAL, pero que no me expusiera al sol sin tomar las debidas precauciones.
Como todo lo que tiene que ver con la salud, hay que encontrar un punto de equilibrio razonable que permita llevar una vida normal y saludable.
Pero hay que ser bastante tonto para exponerse al sol a las 2 de la tarde, como hacen los empleados de oficina que comen sus sandwiches en las plazas en Bs. As. en pleno verano, o como las minas que se quedan horas tomando sol obteniendo un fantástico color tostado, unas espléndidas patas de gallo prematuras y unas bonitas lastimaduras en los labios.
YO (el enmascarado)