Otro clásico que vuelve a la Argentina de Kirchner, la carrera entre inflación y sueldos. Pero no se preocupen, esta vez seguro que sale bien:
De 9,8% pasamos a 16,5% y ahora ya llegamos a 23% sobre las remuneraciones reales con el acuerdo firmado por la Federación de Empleados de Comercio con las cámaras empresarias del sector. Si analizamos el escenario de marzo-abril frente al de junio-julio de este año, los aumentos se duplicaron. Es más, los efectos de estos ajustes se apreciarán recién en los índices de precios publicados por el INDEC en el tercer trimestre, y pueden generar un inusual impacto sobre los costos y, en definitiva, sobre la inflación real.
Como se decía en España en la década del 90, una cosa es la opinión pública y otra, la opinión publicada, y quien tiene que comprar y pagar sabe el precio real con prescindencia de los índices y de si éstos son reales o no. Esta comparación sobre ingresos fijos permite una clara percepción de la evolución real del poder de compra y si se gana o si se pierde con él.
Lo curioso es que cuando estos aumentos de salarios llegan al seno de las empresas, el índice de satisfacción percibido en los beneficiarios es bajo, y en más de 40% de los casos genera una nueva negociación cuya base es lo acordado por el gremio y la cámara empresaria.
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