Ayer fue el Día de la Independencia de Perú. Por un comentario de Andrés llego a esta editorial de El Comercio sobre el clima de optimismo que se vive en ese país. Espero sinceramente que se trate del turno del Perú. Insisto en que no hay ningún motivo objetivo para que no se convierta en otro Chile:
Este aniversario patrio nos encuentra por fin en buen pie. Según nuestra última encuesta nacional, el 91% está orgulloso de ser peruano, a pesar de atávicos problemas.
A esto hay que sumar el crecimiento de los sectores socioeconómicos A, B y C en los últimos años en Lima. Ello representa un buen primer paso en el mejoramiento del nivel de vida, lo que implica a su vez grandes repercusiones políticas: se está reforzando y engrosando la clase media, lo que según la experiencia de otros países es un claro factor de estabilidad del sistema democrático.
Nuestra economía va por buen camino: seis años de crecimiento sostenido del PBI, inflación controlada e inversiones creciendo al 20% anual. Asimismo, estamos ad portas de concluir el TLC con EE.UU. y negociando otros con la Unión Europea y China. Como vemos, la imagen del Perú ante el mundo es cada vez más positiva y expectante.
Eso no es todo Machu Picchu es una maravilla mundial; nuestra gastronomía es cada vez más reconocida en todo el mundo y nuestro pisco y espárragos se pasean por todo el orbe. Comparados con nuestros vecinos, poseemos recursos naturales incomparables en variedad, calidad y cantidad, a la espera de ser transformados en más riqueza.
Luis, que yo recuerde, el ciudadano peruano típico suele ser impuntual, torpe, sucio, etc. (Ojo, con todo respeto hacia los peruanos). No es alguien que consideraríamos "chic", sino que tiene muchos parecidos con el argento típico. ¿O me equivoco?
ReplyDeleteY como dije en otro comentario, ni me quiero imaginar como progresaría Perú en la minería (al ser Perú un país esencialmente minero) si se transfiriese la propiedad del subsuelo a los campesinos o particulares.
Creo que Perú tiene una oportunidad histórica. Pero también es cierto que debe comenzar de varios escalones más abajo que países como Argentina. De todos modos, yo creo que por lo menos la costa tiene todo el potencial para convertirse en otro Chile.
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