La gira triunfal de Kirchner y su esposa por Nueva York, bien argenta, mucho ruido y pocas nueces. Podrán
no haber conseguido una inversión ni por casualidad, pero
la foto con Clinton se la sacaron. Y, en el fondo, eso es lo que verdaderamente importa.
Qué grande, ¿alguien se acuerda de cuando se nos erizaba la piel por el farandulismo de los 90?
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