Oct 29, 2007

Análisis

A través de BlogBis llego a este análisis de las elecciones de ayer. Muy duro y me temo que muy cierto. Me quedo con estos dos puntos:

La sucesión de actos fraudulentos sucedidos en la prov. de Bs. As. y otros lugares, preanuncian -dado lo innecesarios de los mismos, pues la victoria matrimonial nunca estuvo en dudas- la brutalidad mafiosa con la que el matrimonio conservará el poder.

Cualquiera de los dos integrantes del matrimonio es un digno presidente para este país y una figura totalmente afín al votante medio.


Insisto, hay amplios sectores, y no me refiero a los de menores ingresos, que se sienten representados como nunca por este modelo de país.

1 comment:

  1. Julio Dice:
    Octubre 29, 2007 at 11:06 am
    Al margen de los fraudes del momento, desde el año 2002 vivimos en un estado permanente de fraude: Duhalde recurrió a todos los métodos -periodistas amigos, Servinis, rechazo a que la candidatura del PJ se dirimiera en una interna peronista, sabiendo que ganaba Menem, aprietes a la Corte, compra de conciencias- que perfeccionó y amplió Kirchner.
    Kirchner es un capítulo aparte: nunca en cinco décadas de vida vi tanta complacencia, sobre todo comprada pero también ideológica, de los medios. La TV y en menor medida los diarios repitieron en forma abrumadora todos los sonsonetes que les dictaba el gobierno: la oprobiosa década del 90, la política de derechos humanos (es decir, lo bueno que es perseguir militares), el espectacular crecimiento, la perversidad del “neoliberalismo”, lo amigos que somos de “Fidel” y de Chávez, lo inteligente que es nuestra hegeliana amiga Cristina (sin apellido, como Fidel), y un largo etcétera.
    En cuanto a los liberales, centristas, conservadores o no tanto, creo que tenemos que asumir nuestras culpas. La principal, es no haber formado un partido que sea claramente pro-capitalista y pro-ocidental. Siempre con complejos -que no tiene la izquierda- siempre con terror a nadar contra la corriente de la political correctness. Si La Nación, con Diamant, Orlando Barone, Morales Solá y demás yerbas pasa por ser el medio “opositor”, no nos extrañe que la izquierda constituya hoy el pensamiento único o cuasiúnico.
    Los Macri, los López Murphy, la Lilita Carrió, Lavagna no son alternativa, porque con diferencias de prolijidad o de énfasis, tienen las mismas concepciones (Carrió, Lavagna) o tienen miedo de expresar las propias (Macri y López Murphy).
    En cuanto a los “liberales” vinculados al mundo empresario o de las “consultoras”, a la mayoría lo único que les importa es filtrar un ministro de economía o un presidente del Ban co Central, como si cambiaran las cosas. La fascinación de muchos “liberales” porque la Lilita Carrió proponía a Prat Gay y hacía concesiones -verbales y tácticas- al centro y a la derecha, ha contribuido a la hecatombe actual.
    No faltarán ahora otros sesudos analistas que descubran que Cristina (sin apellido) es una estadista, que se diferenciará de su marido, que hará buen gobierno, que se acercará al ala “liberal” (con acento en la í) de los Estados Unidos, que procurará alejarse de Chávez y de Irán, etcétera, etcétera, etcétera; que Scioli es un moderado, y bla, bla, bla. Si nos queda estómago, apaguemos la televisión (por razones estrictamente sanitarias, apenas la enciendo).
    Lamento decirlo, pero políticamente somos unos pelotudos, que se creen vivos.

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