Oct 27, 2007
Bastoneros
Leo en Perfil que “miles de manos cincelaron el bastón presidencial”. Y aparentemente debemos emocionarnos hasta las lágrimas.
Me pregunto si no llegó la hora de ponernos los pantalones largos como sociedad y terminar con la tradición del bastón y la banda presidencial. Como símbolo sería interesante.
Lo mejor que nos puede pasar es terminar de entender que el presidente de la nación es nuestro empleado y trabaja para nosotros, los Contribuyentes argentinos. Se trata ni más ni menos, de un ciudadano más que fue elegido para hacer un trabajo, bajo un contrato temporario, renovable por única vez.
No es un iluminado, ni un rey, ni un emperador y mucho menos un dios. En el mejor de los casos, será un fiel reflejo de la sociedad que lo eligió para el cargo.
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Aunque no me veas, te aplaudo de pie Louis, en serio.
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