Un baldazo de sentido común de Alejandro Rozitchner. Insisto, la Argentina, como tantos otros países que les va como a nosotros, es una sociedad siempre dispuesta a inmolarse en la hoguera ideológica:
En realidad el tema no es la inseguridad, como si fuera un fenómeno marciano, es la delincuencia.
Los culpables somos nosotros, es decir, hay que asumir la responsabilidad y hacer algo.
Para empezar: no ver en el delincuente a una víctima del sistema. No creer que el delincuente está justificado por la pobreza. El delincuente no es la víctima, la víctima es el tipo al que le pegan un tiro para robarle el auto, o el tipo al que secuestran para llevarlo a los cajeros.
En la tele se idealiza la marginalidad, el sentido común y su resentimiento habitual siente muchas veces que el delincuente hace justicia como si fuera una especie de Robin Hood.
No se puede separar la inseguridad de la gestión del gobierno, sobre todo cuando el gobierno en vez de tratar el tema hace ideología, es decir, ficción, y protege sus negocios delictivos (hay ya sobradas pruebas de corrupción, como es lógico esperar en un gobierno peronista, o en un gobierno nacional, etc) o políticos. Esta es una política delictiva.
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