Oct 31, 2007

Un mundo mágico


Argentina, un país de vanguardia. En serio, nos encanta vivir así.

La “ministra de producción” de la provincia de Buenos Aires nos cuenta, como si tal cosa, que el estado debe corregir las “fallas del mercado”.

Porque no sé si están al tanto de que los problemas del país se deben a las fallas del mercado y no a su ausencia.

Hasta la década del 80, el estado argentino en todos sus niveles llegó a controlar alrededor del 70% de la economía. En esa misma época se consideraba socialista a un país como Francia, donde el 40% del sistema productivo dependía del estado.

El estado argentino fabricaba desde autos hasta cajones para muertos, pasando por armamento, televisores y motonetas. Era propietario, entre otras cosas, de radios y canales de TV, diarios, revistas, automotrices, bancos, financieras, laboratorios farmacéuticos, flotas fluviales y marítimas, empresas petroleras, mineras, metalúrgicas, compañías de teléfonos, ferrocarriles, gas, electricidad, frigoríficos, supermercados y hasta hoteles alojamiento.

Estas empresas funcionaban sin ningún control ni presupuesto, tenían decenas de miles de empleados de más, perdían miles de millones de dólares por año y daban un pésimo servicio. Y lo que es infinitamente peor, actuaban como un fenomenal desincentivo para el desarrollo de emprendimientos competitivos en el sector privado. El famoso perro del hortelano, que no como ni deja comer.

¿Hace falta que les cuente cómo terminó la historieta?

El estado, no sólo en argentolandia, actúa como un extraordinario factor de distorsión en el mercado. Lo mejor que puede hacer por los sectores de menores ingresos es retirarse cuanto antes.

1 comment:

  1. Así nos va. Empezamos el siglo XX en Occidente y lo terminamos en el fondo de Latinoamerica. Hoy vamos por más... camino a Zimbabwe.

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