Enrique Szewach explica que en economía aún con las mejores intenciones se puede hacer un desastre tremendo.
Estas cosas se intentaron tantas antes veces en el país, siempre con los mismos resultados calamitosos, que sinceramente llama la atención que todavía no hayamos aprendido de nuestros errores:
En economía, como en otros ámbitos de la vida, no siempre algo es lo que parece ser. En el caso de los impuestos y subsidios, existen numerosos ejemplos en los que la intención de «castigar» a algún sector en particular o beneficiar a otro termina de manera diferente de la buscada.
El reciente aumento de los impuestos a la exportación de granos pretende ser una medida por un lado «redistributiva», dado que le quita recursos a un sector «rico» y de alta rentabilidad y beneficia a los consumidores de menores recursos, intensivos en alimentos, al impedir que se traslade a los precios internos el fuerte auge de los precios internacionales (puesto que las retenciones reducen el precio interno). Por otro lado, «productivista», en tanto que los recursos que recibe el Estado permiten mejorar la situación fiscal, reduciendo el riesgopaís, bajando la tasa de interés que enfrenta la Argentina y mejorando las condiciones de financiamiento de sectores productivos no agrícolas. Este razonamiento, sin embargo, por impecable que parece puede tener algunas fallas.
Las célebres "unintended consequences"
ReplyDelete