Nov 27, 2007

El dólar quieto tiene poderes mágicos


Jorge Avila sostiene que la sociedad se hizo adicta a la inflación:

Kirchner ha atropellado mil instituciones económicas y políticas. Por ejemplo, el piquete a la petrolera Shell arrumbó la libertad de precios; la anticumbre de Mar del Plata selló nuestro aislamiento internacional, y la intervención del INDEC ha promovido el descrédito institucional del país y ocasionado un segundo default. Pero Kirchner consiguió en su mandato dos cosas valiosas para un país atormentado por una inestabilidad crónica: aseguró la estabilidad y alejó el fantasma de la hiperinflación, y aseguró la gobernabilidad y alejó el espectro de la anarquía. En este orden. Primero, la estabilidad monetaria; luego, la estabilidad política.

Kirchner tuvo la sabiduría de mantenerse dentro del cauce que habían abierto en 2002 el ex presidente Duhalde y su ministro Lavagna. En 2002, Duhalde no fue el cirujano de bisturí que exigían las circunstancias; fue un carnicero de hacha improvisada y eficaz. Lavagna no aplicó la libre flotación que iba a conjurar todos los males de la convertibilidad, sino una convertibilidad disfrazada e informal de 3 por 1, tan efectiva que todavía perdura. El aporte fundamental de Kirchner consistió en reforzarel superávit fiscal y no toquetear el dólar. Su otro aporte fue la suerte, que no es un atributo menor en un gobernante. El índice de precios de las materias primas argentinas creció durante su mandato un excepcional 107%, luego de una larga declinación durante los gobiernos de Menem y de De la Rúa.

La convertibilidad informal, el elevado superávit fiscal (mayor que el de Menem, quien a su vez lo tuvo mayor que Alfonsín) y la reestructuración de 75% de la deuda pública en 2005 determinaron una aguda reducción de la prima de riesgo-argentino, una reversión notable del flujo internacional de capitales y un importante crecimiento de la demanda agregada. Esta es la causa primaria de la expansión del PBI argentino en el período 2003-07. La causa secundaria es el viento de cola que sopla desde los mercados de commodities del mundo. Digo que éste es el orden de causalidad porque es improbable que un viento de cola genere un aumento de 50% del PBI en presencia de desborde fiscal y disparada del dólar. El dólar quieto tiene poderes mágicos.

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