Nov 16, 2007
Gajes del oficio
O gases del orificio.
Este año tuve que cambiar las cubiertas de invierno de la camioneta. Las Bridgestone que tenía ya estaban muy viejas y es realmente un peligro andar así.
La semana pasada aproveché una oferta especial en Costco y compré unas Michelin por el mismo precio de unas comunes. Como no las tenían en inventario las encargué. Me tenían que llamar hoy. Pero se armó tal despelote por la nevada que no dan abasto. Espero que me las puedan cambiar mañana.
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Bueno, nosotros tenemos que preparar la Sequoia para enfrentar el invierno crudísimo que se deja caer anualmente: la llevé a lavar y quedó linda, lista para el bajón de la temperatura. Ayer fueron creo que 84 grados y hoy 75.
ReplyDeleteSergio
La Sequoia, flor de camioneta, Sergio. Veo con horror que sufres los azotes del Capitalismo Salvaje.
ReplyDeleteSistema de la caca, te digo. Me siento cochino cada vez que me pagan, cada vez que voy a Carl's Jr o al Olive Garden a comer. Y se me cae la cara de vergoña cuando salgo en la Sequoia, sabiendo lo que gasta en gasolina y cómo mato al planeta. Para qué te cuento de la culpa que me da mirar mis 4 mil libros en casa y poder comprar los CDs de Spongebob para la familia. No, no puedo seguir. Tengo que hacer algo. Un café mexicano con pan de boulangerie vietnamita y mermelada argentina (en serio) me caería bien ahora mientras juego Monopoly con el niño mayor. Qué perra vida. De la pura rabia vamos a ir con mi hijo a degustar unos banana splits, mientras hojeo una revista de autos: ya hay que cambiar el de mi mujer y a la señora no le caen mal ni los Infinitis ni los Lexus, aunque yo soy partidario de la Nissan.
ReplyDeleteSergio
OK, todo bien, Sergio, pero no te olvides de que vos sos rico porque Chile está lleno de pobres. Te recomiendo que leas, o releas, “Las venas abiertas…”.
ReplyDeletePor otro lado, mucha Sequoia, mucho Lexus e Infiniti, pero, ¿y la Dignidad?
Cierto, la Dignidad no se compra. Yo culpo a mis padres. El viejo está pensionado de las AFPs que arruinan todo sentadas en un cerro de 115 mil millones de dólares. Y mi mujer estudia para enfermera, todo para después hacernos más mercenarios.
ReplyDeleteEl clásico de Galeano lo tengo en mi cabecera. Un genio el tipo, igual que Chomsky, mi ídolo. Y lo mejor es que todo el dinero que han hecho lo han regalado a los pobres; nada de guardarlo ellos y arreglar a sus familias, no. Los tipos dan todo lo que tienen y lo que son. Un ejemplo para nosotros los miserables capitalistas cochinos.
Sergio
Ya podemos abrir el club de enfermeras admiradoras de El Opinador!
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