Un nuevo encuentro con la abominación

Les escribo desde el Asilo de Insanos de Second Life. Por suerte nos pusieron acceso a Internet y podemos bloguear, dicen que eso ayuda a nuestras mentes perturbadas a recuperar la cordura.

Los heavymetaleros entre nuestros lectores recordarán un viejo tema de Metallica, "The thing that should not be". Venía yo hace algunas noches caminando por el puente de October Country, cantando bajito este tema, y cuando llegué a esa parte que dice :

Timeless sleep has been upset
He awakens, Hunter of the Shadows is rising

sentí que todo el puente comenzaba a temblar. El agua burbujeaba y de repente se tornó oleosa. Un hedor pútrido invadió el ambiente, y por un momento pensé : "¡Por Dios! ¡¡Los asambleístas tenían razón!! ¡¡Botnia está contaminando hasta el agua de Second Life!!".

Ojalá hubiera sido ésta la causa.

Con esa lentitud propia de las pesadillas, una forma abominable comenzó a surgir de las aguas, desgarrando árboles cercanos y sacudiendo toda la estructura del puente. Me quedé paralizado, y mi mirada angustiada no pudo desviarse de esa masa amorfa, gigantesca, que agitaba obscenamente sus tentáculos hacia las estrellas como reclamándolas para sí. Todo el horror cósmico de los abismos interestelares se concentraba en su figura bestial, nebulosa, que cambiaba de forma frente a mis aterrados ojos.


No me avergüenza decir que me oriné en mis calzoncillos virtuales.

"El Gran Cthulhu ha retornado !" gritaban los paseantes en el puente. Algunos ya habían sucumbido a la demencia, y babeaban sonrientes sentados en el suelo. Otros huían despavoridos... y algunos se inclinaron y lo adoraron. Nada de esto hizo ninguna diferencia, ya que la abominación los fue alcanzando uno a uno con sus tentáculos para devorarlos.


Por suerte yo me hice perdiz atrás de unos arbustos y el pesadillesco ser no me percibió. Luego de unos minutos que me parecieron eones, la monstruosidad se volvió a sumergir bajo el puente, volviendo a sacudir la estructura con gran peligro para su integridad.

La noche quedó en silencio. Todos habían sido devorados, no había nadie en el puente, salvo un torso masculino a medio masticar. Me encontré sólo bajo las estrellas, las mismas de donde procedía este Polifemo abominable. Y corrí... corrí desesperadamente, gritando, aullando y riendo enloquecido... Hasta que dos fornidos enfermeros me atraparon con una red y me trajeron aquí.

Como estoy con chaleco de fuerza, tengo que tipear con la nariz así que me es dificil postear. Pero cualquier cosa es buena para mantenerme despierto, porque en cuanto me duermo comienzan las pesadillas y veo de nuevo a este gargantuesco ser que me llama. Cómo desearía no haber leído nunca a Lovecraft.

Second Life - October Country

(Otros encuentros lovecraftianos en Second Life aquí)