Lo más interesante de estas notas es leer los comentarios de lectores de La Nación. Perdí la cuenta de los que lloraban que "de afuera nos obligan a desmantelar nuestra base tecnológica" y los que pedían que se desarrollara ya el misil argentino con ojivas y todo.
Como chileno siento que nuestro vecino sigue siendo altamente preocupante.
Después de las Falklands, no te digo que aprendimos la lección, pero que hacen falta décadas para que a alguien se le ocurra emprender acciones militares ofensivas. Y no sólo por la capacidad militar reducida.
Están todos esos imbéciles que vomitan comentarios nacionalistas y agresivos, pero a la generalidad de la gente le resulta algo inimaginable y repugnante.
Recién le escribí a Blogóvido una respuesta larga a sus inquietudes con respecto a los chilenos y mencioné que las posibilidades de guerra entre Chile y Argentina son las más bajas en unos 120 años. A pesar del misil Tronador y del Cóndor II, sostengo lo mismo. Lo preocupante es ver, y en Argentina puede darse, cómo posiciones "fringe", al límite de lo aceptable, pasan poco a poco a ser "normales." Las crisis ayudan a que esta "normalidad" se alcance más pronto. Si el experimento argentino actual termina en tragedia y desilusión de nuevo de aquí a unos años, ¿quién le dice al barrio que el próximo salvador de Argentina no querrá "aplicarle justicia" a los traidores internos y "castigar" a los Caínes (ésos somos nosotros) aunque sea con un misilito?
¿Y cuál sería la respuesta de los míos? Los "hermanos" chilenos se olvidan de las hermandades cuando se trata de agarrarse a palos: los derechos humanos se van por la ventana y las convenciones pasan a mejor vida. Nuestros "hermanos" peruanos ya nos conocen.
Coheteros viejos.
ReplyDeleteLo más interesante de estas notas es leer los comentarios de lectores de La Nación. Perdí la cuenta de los que lloraban que "de afuera nos obligan a desmantelar nuestra base tecnológica" y los que pedían que se desarrollara ya el misil argentino con ojivas y todo.
ReplyDeleteComo chileno siento que nuestro vecino sigue siendo altamente preocupante.
Sergio Flores
Después de las Falklands, no te digo que aprendimos la lección, pero que hacen falta décadas para que a alguien se le ocurra emprender acciones militares ofensivas. Y no sólo por la capacidad militar reducida.
ReplyDeleteEstán todos esos imbéciles que vomitan comentarios nacionalistas y agresivos, pero a la generalidad de la gente le resulta algo inimaginable y repugnante.
Sergio, ojo que se viene el misil argento. Tiembla Chile.
ReplyDeleteRecién le escribí a Blogóvido una respuesta larga a sus inquietudes con respecto a los chilenos y mencioné que las posibilidades de guerra entre Chile y Argentina son las más bajas en unos 120 años. A pesar del misil Tronador y del Cóndor II, sostengo lo mismo. Lo preocupante es ver, y en Argentina puede darse, cómo posiciones "fringe", al límite de lo aceptable, pasan poco a poco a ser "normales." Las crisis ayudan a que esta "normalidad" se alcance más pronto. Si el experimento argentino actual termina en tragedia y desilusión de nuevo de aquí a unos años, ¿quién le dice al barrio que el próximo salvador de Argentina no querrá "aplicarle justicia" a los traidores internos y "castigar" a los Caínes (ésos somos nosotros) aunque sea con un misilito?
ReplyDelete¿Y cuál sería la respuesta de los míos? Los "hermanos" chilenos se olvidan de las hermandades cuando se trata de agarrarse a palos: los derechos humanos se van por la ventana y las convenciones pasan a mejor vida. Nuestros "hermanos" peruanos ya nos conocen.
Sergio